Carglass®
instalará en cada final de etapa dos bicicletas licuadoras creadas por
Bicicletas Sin Fronteras, para que el público pedalee mientras hace su propio
zumo.
La
fundación Bicicletas Sin Fronteras ha restaurado y entregado, en sus cuatro
años de vida, 2.100 bicicletas a colectivos en riesgo de exclusión social y ha
creado una media de tres empleos al año.
En
Senegal han empezado a desarrollar un proyecto completo y sostenible cuya
experiencia está enriqueciendo al resto de acciones, tanto en España como en
otros países.
300
alumnos del Instituto de Palmarin (Senegal), disponen ya de 300 bicicletas,
parking y taller de reparación para desplazarse desde sus poblaciones.
Barcelona,
22 de Julio de 2016.- Carglass®España, líder en reparación y sustitución de
cristalería del automóvil, vuelve este año a La Vuelta como Patrocinador
Oficial y Servicio Técnico, pedaleando junto con Bicicletas Sin Fronteras para
conseguir otras metas más saludables, como ya sucedió en 2015.
Carglass®
instalará en cada final de etapa una carpa donde atenderá al público asistente.
En ese recinto habrá dos bicicletas licuadoras creadas por Bicicletas Sin
Fronteras, para que los asistentes puedan pedalear y hacer su propio zumo al
gusto. Una actividad que, sin duda, hará que sus participantes se sientan más
saludables por dentro y por fuera.
Bicicletas
Sin Fronteras es una fundación sin ánimo de lucro, creada hace cuatro años por
Romà Boule, cuya misión es la de recuperar y restaurar bicicletas para
entregarlas a colectivos en riesgo de exclusión social.
Según su
fundador, “desde que nacimos en 2012, primero como una asociación de amigos con
este mismo fin, hemos tenido mucha suerte con los compañeros de viaje que hemos
ido encontrando en el camino. Y hemos podido restaurar y entregar 2.100
bicicletas a miembros de colectivos en riesgo de exclusión social y crear una
media de tres empleos anuales directamente relacionados con nuestra labor”.
Romà
Boule se siente especialmente orgulloso y satisfecho del proyecto que
Bicicletas Sin Fronteras está desarrollando en Senegal. “Sobre todo, porque
aquí partimos de cero y participamos en todas las fases del proceso. Desde la
selección del colectivo destinatario, al control de las entregas, la
coordinación y gestión del mantenimiento, y el cuidado de que la calidad del
proyecto sea óptima, para el beneficio de todos”.
Hasta que
se embarcaron en el proyecto de Senegal, la misión de Bicicletas Sin Fronteras
pasaba por la recuperación, reciclado y reparación de bicicletas; y su entrega
a ONGs y fundaciones que las pudieran necesitar, sin participar en el fin
último y su destino.
“En
Senegal seleccionamos el Instituto de Palmarin, que tiene unos mil alumnos, de
entre otras cuatro posibles candidaturas del país. El objetivo es que los
alumnos de entre 12 y 20 años de edad dispongan de bicicletas para recorrer las
distancias que separan sus poblaciones del centro educativo, que se encuentran
a 4, 7 y 12 kilómetros de caminos pedregosos y polvorientos. Y donde si no lo
hacen caminando, un transporte público les cuesta un euro diario” nos cuenta
Romà Boule, responsable de la gestión de Bicicletas Sin Fronteras.
“Ya hemos
entregado 300 bicicletas, de un total previsto de 800, a otros tantos alumnos,
en función de su expediente académico. Hemos construido un parking en el
instituto y un taller de reparaciones, con un mecánico local, donde se revisan
y mantienen unas 20 bicicletas diariamente, ya que las condiciones del camino a
recorrer son verdaderamente duras”, subraya Boule.
“En este
sentido hemos llegado a acuerdos con mecánicos soldadores, que hemos denominado
‘Point Ami du Vélo’ y que están establecidos a lo largo de los recorridos que
han de hacer diariamente los niños senegaleses, para que con una formación
básica y kits de herramientas y bombas de hinchado puedan atender a los alumnos
que lo necesiten, evitando que las bicicletas sean abandonadas por el camino
ante una avería o pinchazo”.
“Son
premios al buen estudiante y lo hacemos de acuerdo con el profesorado del
instituto, -explica Romà Boule- recordándoles que son usuarios y no
propietarios de las bicicletas. Una vez acabado el curso escolar, las bicicletas
se guardan en el instituto hasta que acabe el periodo vacacional”.
Cada niño
que disponga de bicicleta ahorra el equivalente un euro diario en transporte,
una cifra importante si tenemos en cuenta que un albañil de la zona gana unos
2,5 euros al día.
El
responsable de Bicicletas Sin Fronteras apunta que “con este proyecto, del que
estamos sacando muy buenas conclusiones y experiencias para implementar en
otras partes, incluyendo en España, hemos conseguido que los alumnos de
Palmarin mejoren en puntualidad, rendimiento y condición física, y hayan
aumentado las ganas de estudiar”.
Además se
ha logrado empoderar no solo al instituto, sino también a su comunidad de
influencia, hasta el punto de que han conseguido que llegue la luz eléctrica,
mejorar y ampliar las aulas y construir una nueva sala de ciencias.
“Estos
resultados de Palmarin nos han llevado a pedir a otras fundaciones y ONGs con
las que colaboramos que, cuando realicen acciones para recaudar fondos, lo
hagan para destinarlos a crear talleres de mantenimiento de las bicicletas, de
manera que podamos garantizar la sostenibilidad de los proyectos y que no
desparezcan abandonadas a la mínima avería”, insisten desde BSF.
“He de
agradecer a la Fundación Lluis Llach, que ya estaba en la zona, su desinteresada
labor de apoyo y asesoramiento para que nuestros recursos y esfuerzos no se
perdiesen en eternas labores burocráticas y empezásemos rápidamente a conseguir
objetivos tangibles para la población destinataria de la ayuda” puntualiza
Romà.
Bicicletas
Sin Fronteras también ha estado en la India donde, de la mano de la Fundación
Vicente Ferrer, ha entregado 300 bicicletas para ayuda a los colectivos más
necesitados de este país.
Carglass®España
conoció las bicicletas licuadoras de Bicicletas Sin Fronteras durante un evento
del Grupo Belron®en Reino Unido “y contactó con nosotros para encargarnos dos
unidades”.
“Bicicletas
Sin Fronteras diseña y fabrica a mano cada pieza de la estructura y mecanismo
que conforman estas originales bicicletas, que tienen su origen en Maya Pedal,
una organización de Guatemala, a la que representamos en Europa. En Guatemala,
el ingenio y la necesidad han desarrollado bicicletas que no solo licuan zumos,
sino que también hacen la función de lavadora, por ejemplo” comenta Romà Boule.
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