sábado, 21 de febrero de 2015

LA ROTONDA

Al recibo de esta espero que estés bien



   "Perdona al que le duele haberte hecho algún daño"





Yo bien gracias a Dios, y, sin caer en el tremendismo ni en la psicosis, tomando todas las precauciones cada día para poder escribirte esta misiva.


Hace tiempo que no nos vemos, pero siempre estoy pensando en ti. Me preocupas mucho desde la última vez que fui a verte. Desde entonces me gusta ver las ciudades desde el transporte público.
Recuerdo, como en un arrebato de locura, me llevaste de un lado a otro, sin cinturón de seguridad, y saltándote todas las normas habidas y por haber en la vía pública.

Siempre te pusiste el mundo por montera y te daba igual de todo. Eres un amante del peligro si tener en cuenta las consecuencias. Y además eso de que “mi libertad termina cuando empieza la de los demás” no va contigo.

Comprenderás que me quedara muy preocupado aquel día. Desde entonces, he querido escribirte estas letras, por qué no puedo entender tu comportamiento. Siento mucho que te hagas daño a ti mismo, pero no puedo entender que vayas por la vida haciéndole daño a inocentes, que van tan tranquilos, paseando, en bici, en  moto o en un coche pensando en sus penas y alegrías, y de pronto, se encuentren contigo dispuesto a sesgar sus penas y sus alegrías, porque, ese día  creíste que tomarse una copa de más y conducir tu vehículo, era un motivo de libertad, de fiesta y de alegría en tu vida. Todo sin pensar en las consecuencias.

Ahora, estas  postrado en la cama de ese hospital, viendo como pasa la vida  delante de ti, sin poder moverte, y sobre todo, sin poder dar un paso por causa de ese  maldito accidente. Una lesión crónica que no tiene remedio. Muchos huesos rotos, pero lo peor, es que, estarás todo el tiempo que te quede de vida, pensando cómo además de destrozar tu vida, has roto la de toda una familia, que sólo estaba esperando el bus. Quizá ese sea tu gran tormento, del que nunca, ¡ahora que estas sobrio!, nunca, podrás borrar de tu mente.

La verdad es que no sé cómo poder ayudarte, dándote ánimos, es lo único que se me ocurre, aunque la mejor forma de hacerlo es invitarte a que cuentes tu historia en aquellos foros donde más lo necesiten y a aquellas personas que como tú creían que podían volar sin dejar volar, y que el alcohol, la velocidad y la temeridad solo tienen un camino, aquel en el que tú te encuentras o el de tus víctimas. Por eso ayudar es la mejor forma de ayudarte.
Sabes que te quiero y te deseo lo mejor.

Tu amigo.

                                                                                PBejarano



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