El neumático es el único
punto de contacto de un vehículo con el asfalto; un elemento de vital
importancia para la seguridad de los ocupantes y que sin embargo, en muchas
ocasiones, es el gran olvidado en lo referente a su mantenimiento. Muchos
estudios de diferentes organismos públicos han demostrado claramente que unos
neumáticos de los que se realiza un mal uso, o están mal mantenidos, o ruedan con baja presión,
representan un riesgo muy importante para la seguridad.
Así por ejemplo, unos
neumáticos inflados a una presión incorrecta, hacen impredecible el control del
vehículo y aumentan la distancia de frenada notablemente, reduciendo asimismo
la vida útil de las cubiertas. Lo mismo
sucede con la profundidad del dibujo de la banda de rodadura. De hecho, si
tomamos como referencia los metros necesarios para frenar un vehículo desde los
80km/h, un coche equipado con neumáticos en el límite legal (1,6 mm.) necesita
aproximadamente un 48% más de distancia que uno con cubiertas nuevas (6-8 mm.).
Asimismo, también pueden
existir otros defectos que, visibles o invisibles, pueden alterar el
comportamiento del vehículo, causando vibraciones, ruido, desviaciones de
trayectoria y que, por tanto, suponen un riesgo importante para la conducción.
Aquí van los 10 consejos de
los ingenieros de Pirelli para asegurar un correcto mantenimiento y
desplazamientos seguros y sin problemas:
1. Comprobar la presión de
los neumáticos de forma regular y en frío (incluyendo el de recambio). La
presión de la rueda de recambio debe ser ligeramente superior a la del resto de
neumáticos, 0,2 o 0,3 bar más. La presión de inflado tiene un efecto directo en
la frenada y, por tanto, en la seguridad. La distancia de frenado de un
neumático inflado correctamente es mucho menor que la de uno que no lo esté.
Además, es habitual que carguemos el vehículo más de lo normal en transportes
de vacaciones, por lo que necesitamos ajustar la presión de inflado según lo
indicado en el manual técnico del vehículo. Estas comprobaciones puntuales
ayudan también a ahorrar combustible, mejorando la durabilidad del neumático.
2. Comprobar el tipo de
desgaste del neumático. Por ley, la profundidad de dibujo de la banda de
rodadura de un neumático no puede ser inferior a 1,6 mm.. Considerando que un
neumático nuevo puede tener alrededor de 8 mm. de profundidad, sería óptimo
sustituirlos cuando la banda alcance los 2-3mm. Este elemento tiene una
influencia en el comportamiento general del vehículo, perdiendo dicha
influencia a medida que la banda se va desgastando.
3. Comprobar de forma
habitual la geometría de suspensión y alineación del vehículo
4. Comprobar de forma habitual
el equilibrado de los neumáticos, especialmente si se notan vibraciones en el
volante.
5. Si se sufre un pinchazo,
es importante comprobar también el área interna del neumático, para asegurarse
de que no se hayan producido daños internos por bordillazos, agujeros en el
pavimento u otros obstáculos.
6. No aparcar en charcos de
aceite u otros disolventes, ya que podrían dañar el neumático.
7. Conducir de acuerdo con
los índices de carga y velocidad de sus neumáticos.
8. Si se descubre un desgaste
desigual o se debe sustituir únicamente algunos neumáticos, es mejor montar los
neumáticos nuevos en el eje trasero.
9. El estilo de conducción y
la velocidad tienen una influencia directa en la vida útil del neumático.
10. Comprobar habitualmente
el estado general de sus neumáticos a través de un profesional acreditado.
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