A falta de cuatro meses para que en noviembre llegue el
nuevo ADAM ROCKS a los concesionarios españoles, Opel afina su nuevo mini
crossover para que ofrezca el máximo entusiasmo a la hora conducir a cielo a
abierto. El laboratorio acústico de Rüsselsheim ha sido esencial para el
desarrollo del ROCKS y para llevarlo a unos niveles lo más agradables posibles
de experiencia sonora y ausencia de vibraciones. Además de, por supuesto, todo
el trabajo realizado para el confort de marcha y medición de ruido en el Centro
de Pruebas de Opel en Dudenhofen (Alemania).
Todo comienza con la lista de “imprescindibles”
La primera tarea del equipo de desarrollo fue elaborar
una detallada lista que comprendía los requerimientos necesarios bajo la
premisa de “ruidos y vibraciones”; esto abarca desde la suavidad del motor, la
apertura del techo abatible, hasta el sonido de las puertas al cerrarse. Estos
elementos, y muchos más, son finalmente evaluados en el laboratorio acústico de
Opel, para asegurar que los cálculos del equipo y que toda la ingeniería del
coche cumple con las exigencias de ruido de la marca.
El techo y las paredes del laboratorio acústico están
completamente insonorizadas. Es como un estudio de radio, con materiales que
absorben el ruido, otorgándole un silencio sobrenatural. Además, dentro del
laboratorio hay numerosos micrófonos y altavoces colocados de forma
estratégica. Durante la prueba, el ADAM ROCKS es conducido sobre unos grandes
rodillos que simulan y producen la misma resistencia que el coche puede
experimentar en entornos reales, incluyendo resistencia del viento y calidad de
rodadura. A diferentes velocidades, bajo condiciones controladas, e
independientemente de la climatología, los ingenieros evaluaron el
comportamiento del motor en varios regímenes, incluyendo el funcionamiento del
sistema Start/Stop.
Un procedimiento típico en los rodillos de prueba es
exigir completamente el motor en tercera marcha y subir de revoluciones; algo
que el ADAM ROCKS, junto a su nuevo motor 1.0 ECOTEC, de inyección directa y
turboalimentado, superó sin problemas dentro de los límites de tolerancia
establecidos en la cabina de sonidos.
El propulsor de Opel está configurado para entregar 90 CV
ó 115 CV, asociado a una nueva caja de cambios de seis velocidades. Este
conjunto no es sólo respetuoso con el medio ambiente, sino que también
proporciona una gran suavidad de manejo. Las mediciones de ruido y vibraciones,
así como su suavidad de rodadura, está por encima incluso de muchos motores de
cuatro cilindros. Varias medidas a nivel de sonido contribuyen para alcanzar el
punto de referencia del refinamiento del motor, como el aislamiento acústico
del bloque de cilindros, el árbol de levas, y un asilamiento estructural del
sistema de inyección de combustible y el cigüeñal. Todos ellos demostraron su
efectividad en el laboratorio acústico. El recubrimiento del motor, por su
parte, también contribuye a atenuar los niveles acústicos a favor de la
agradable banda sonora del ROCKS, así como su techo corredizo, equipado de
serie, que es capaz de mantener los sonidos no deseados fuera del habitáculo.
Cabezas y orejas ficticias ayudan a conseguir una
experiencia auditiva agradable
A parte de ser silencioso, el ADAM ROCKS ha de tener un
sonido potente y contundente, sobre todo durante las travesías off-road. Aquí,
los ingenieros de Opel fueron asistidos por cabezas artificiales: recreaciones
plásticas de cabezas humanas con sus hombros incluidos, que recuerdan a
maniquís o los famosos “dummies”. Todas ellas están equipadas con sensores
precisos que recrean las partes más importantes del oído humano, de modo que
varios micrófonos situados dentro de estos “dummies”, recogerán y grabarán el
sonido tal y como una persona los percibiría. Esto permite la grabación y
reproducción en estéreo, así como la diferenciación entre la dirección hacia
arriba y hacia abajo del ruido, por lo que la capacidad auditiva del “dummie”
es prácticamente tridimensional. Para conseguir un sonido que resulte agradable
para sus ocupantes se utilizan mediciones binaurales, es decir,
tridimensionales con el fin de distinguir las fuentes de sonido, ya sean aerodinámicos
o estructurales. De esta forma, los ingenieros pueden determinar y analizar las
diferentes fuentes de ruido, que en el ADAM ROCKS comprenden ruidos del motor,
del sistema de escape, componentes del chasis y carrocería, e incluso del
habitáculo.
Identificando la trayectoria del sonido, los ingenieros
pueden identificar, por ejemplo, que tornillos han de ser revisados, para que
el crossover urbano de Opel pueda alcanzar los valores establecidos. Una vez
localizado el punto a mejorar, los cambios son realizados primero de forma
virtual, y si los ingenieros están satisfechos con el resultado, entonces
realizaran los ajustes en el vehículo de pruebas para comprobar el sonido
deseado en la vida real. Si esta prueba es también superada, se puede estar seguro
que el ADAM ROCKS sonará tan bien como se ve.
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