Desde del comienzo del
pasado junio, BMW ha tenido que hacer frente a un alto volumen de retrasos en
la entrega de recambios para reparación debido a un nuevo sistema de gestión de
suministro que estrenó entonces en su sede central en Alemania; una situación
que está llevando a la desesperación de muchos de sus clientes.
Ilustrativo de este problema
es el caso de Neels Kilian, que sólo tres meses después de comprar un Serie 3
nuevo se ha encontrado con que la firma de Múnich no ha podido aún dar solución
en forma de recambios a la reparación obligada por un accidente sufrido unas
pocas semanas después de la adquisición. "Es increíble", se queja
Kilian en declaraciones a Bloomberg. "Es imposible reparar mi vehículo,
¿por qué BMW no puede advertir a sus clientes cuando van a comprar un vehículo
de la marca?"
Bloomberg
Algo similar le ocurre a
Raimund Nestler, residente en Ingolstadt (sede precisamente del gran rival de
BMW, Audi), en Alemania, que acumula ya seis semanas de espera por un
componente que controla la velocidad del motor. "Siempre he sido un gran
fan de BMW y el actual es mi séptimo BMW, pero ahora consideraré qué marca voy
a comprar la próxima vez", asegura. "Para un fabricante de
automóviles premium como BMW, esto es particularmente decepcionante".
Un problema que daña la
imagen... y las cuentas
Pero éstos son sólo un par
de los miles de clientes en todo el mundo enfadados por la impuntualidad de BMW
en la entrega de repuestos para arreglar sus vehículos, que ha generado un
efecto dominó a nivel mundial debido a los pedidos de 40 centros de
distribución de piezas BMW.
Alrededor del 10% de las
piezas no están disponibles en Dingolfing, la instalación principal de
suministro, debido al cambio de la logística, según explican desde BMW. La
firma, en cualquier caso, afirma contar con trabajadores en turnos adicionales
para tratar de acortar la espera y confía en tener el nuevo sistema funcionando
correctamente para principios de septiembre. "Lamentamos profundamente
cualquier inconveniente causado a nuestros clientes", se disculpa Manfred
Grunert, portavoz de la compañía.
Pero conforme más se
prolonga la demora en el tiempo, más se deteriora la imagen más de BMW como
marca de automóviles de alta gama. "El problema de la logística es
comprensible, pero tres meses es demasiado tiempo", considera Juergen
Pieper, analista de Bankhaus Metzler en Frankfurt. Y no sólo la imagen
reputación está en juego, Pieper estima que el golpe puede suponer pérdidas por
valor de "decenas de millones".
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