El Chevrolet Aveo puede
considerarse como un low cost, pero con un valor añadido que no ofrecen otras
marcas ya sea en calidad de terminación, tecnología o diseño. Este motor diesel
era lo que necesitaba, ya que es un coche con un precio ajustado, que ofrece un
nutrido equipamiento e incluso más espacio que la media del segmento, pero
claro, sin diesel en España es imposible hacerse un hueco importante.
Bajo la denominación 1.3D se esconde un motor que es todo
un viejo conocido de nuestro mercado, es compartido con los modelos de Opel y
es de origen Fiat. Está disponible con dos variantes de potencia en 75 y 95 CV,
en el caso del Aveo, la variante más potente se reserva para el acabado más
completo.
Es un propulsor típicamente turbo, es decir, sobre
1800-2.000 r.p.m. empieza a funcionar el turbo con la típica “patada” y empieza
a perder fuerza sobre las 3.500 vueltas. Con este rango, tendremos que hacer
bastante uso de la caja de cambios, manual de seis relaciones. Caja de cambios
que tiene un tacto correcto y gracias a la sexta marcha podemos conseguir un
consumo ajustado en autovía.
Para el Aveo de cinco puertas que hoy probamos es
suficiente incluso el motor de 75 CV, mientras que para la versión cuatro
puertas (sedán) si además queremos aprovechar el buen maletero que tiene, se
antojan justos los 75 CV para moverlo con soltura. La parte negativa del
propulsor es su rumorosidad y la falta de suavidad.
De serie incorpora el Start&Stop que permite ahorrar
en ciudad, no es de los más rápidos del segmento pero su funcionamiento es
correcto y siempre se puede desconectar desde un botón situado en el tren
central, cerca del freno de mano.
En comparación con la anterior generación del Aveo, el
nuevo supone un cambio radical. Ya no sólo en diseño sino también en
comportamiento. El esquema de suspensiones del anterior no era precisamente
dinámico ni potenciaba ese aspecto del coche.
Con esta nueva generación las cosas han cambiado, algo
que pudimos comprobar en la prueba, puesto que el coche mantiene el tipo en
zonas de curvas, se muestra mucho más ágil, se ha mejorado la insonorización
interior y es estable en carretera.
Precisamente en el segmento hay muchos modelos urbanos
que cuando los sacas a autovía o carretera no son todo lo estables que
desearíamos, algo que no sucede con el Aveo, afronta un viaje sin problemas y
es un coche cómodo (en el acabado LTZ incorpora un reposabrazos para el
conductor).
La dirección sigue siendo poco comunicativa, de un tacto intermedio
y en general correcta sin mayores pretensiones. Los frenos son de disco los
delanteros y de tambor los traseros, esto si que es un punto mejorable.
Lejos queda el consumo como un punto débil de los Aveo,
ahora con la incorporación del motor diesel se convierte en un punto favorable
a este Chevrolet. En autovía ha consumido 5 litros a los 100 km, cifra que
podemos bajar en carretera hasta los 4,6 litros a los 100 km.
Mientras en ciudad la cifra que alcanzamos en nuestro
recorrido habitual por las calles de Vigo, se situó entre los 6,5 y los 7
litros a los 100 km.
En la segunda parte de la prueba nos centraremos en el
diseño, algo que ha cambiado radicalmente con respecto a la anterior
generación, tanto por dentro como por fuera, seguro que te sorprenderán algunas
soluciones de diseño o prácticas de su interior.
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