DISTRACCIÓN
Las olas van a morir a la orilla una y otra vez. Los chiquillos dibujan con el agua sus inquietos saltos. La avioneta pasea los cielos con un consejo remunerado, mientras los barcos anclados en el horizonte esperan la pleamar.
Son instantes en los que mis ojos juguetean con el tiempo, mientras intento averiguar ¿Quién es el asesino? o ¿Si el protagonista de la novela que estoy intentando leer, puede evitar la destrucción del mundo?
Relajante como un mar tranquilo, pero es tanta la información que tengo a mi alrededor, que difícilmente puedo pasar una página del libro, o saltarme algún párrafo sin darme cuenta.