Para André Citroën, el color de la carrocería de sus automóviles no solo era un elemento distintivo, también servía para aumentar la seguridad.
Distintos colores de carrocería estaban disponibles en numerosos modelos, comenzando por el 10HP Tipo A. La gama de colores de los Citroën fue aumentando con los años: desde la pintura en dos o más tonos, disponible en los 8/10/15 HP y luego en los C4 y C6, hasta los vivos colores del 2CV y el Méhari.