Volvo Cars inauguró ayer oficialmente una nueva cadena de montaje de baterías en su fábrica belga de Gante donde, próximamente, comenzará a fabricar su primer vehículo totalmente eléctrico, el XC40 Recharge P8.
Esta inauguración es la última prueba de la ambiciosa estrategia de electrificación de Volvo Cars y de su plan de acción climática. El proyecto para el periodo 2018-2025 es reducir en un 40% la huella de carbono de los vehículos durante toda su vida útil. Se trata de un primer paso hacia el objetivo de convertirse, antes de 2040, en una empresa cuyas operaciones no tengan ningún impacto sobre el clima.