Hace 85 años, en el mes de
octubre de 1934, Skoda utilizó por primera vez la denominación Superb. En aquel
momento no hacía referencia a un modelo concreto, sino que era una manera de
resaltar la calidad y el confort de las berlinas de lujo que salían de la planta
de Mladá Boleslav.
Tras un largo parón, la firma
checa recuperó en 2001 el nombre de Superb, esta vez sí, para darle nombre a un
modelo de su gama. Y no a uno cualquiera, sino al que iba a ser su buque
insignia, el coche que habría de servir como escaparte tecnológico de una marca
que, en ese momento, comenzaba a dar un salto cualitativo exponencial.