Los fabricantes europeos de automóviles consideran que
los límites de CO2 establecidos por la Unión Europea para los coches nuevos son
"demasiado duros para tiempos económicos difíciles", y advierten de
que provocarán una merma de la competitividad de la industria europea.
La Asociación de Constructores Europeos de Automóviles
(Acea) recuerda que las emisiones medias de los coches se han reducido un 26,6%
entre 1995 y 2011, al pasar de 186 a 136,6 gramos por cada kilómetro recorrido.
No obstante, la organización considera que la propuesta
que fija en 95 gramos por kilómetro las emisiones máximas de los turismos y en
147 gramos las de las furgonetas en el horizonte de 2020 son
"extremadamente desafiantes".
"Son objetivos duros, los más duros del mundo",
indicó Ivan Hodac, secretario general de Acea, quien aseguró que los límites
propuestos son más restrictivos que los existentes en Estados Unidos, China o
Japón.
Según la patronal europea, estos límites incrementarán
los costes de producción en Europa, creando una desventaja competitiva para la
región y frenando la renovación de la flota.
Asimismo, Acea recuerda que en 2012 las ventas de
automóviles en el mercado europeo caerán en torno a un 7%, desde 13,1 hasta
12,2 millones de unidades, lo que supone el volumen más bajo desde el año 1995.