sábado, 14 de febrero de 2015

LA ROTONDA



Ventajas de la reducción de velocidad de 50 a 30 km/h

Sólo en el año 2013 se registraron 224 peatones muertos en las vías urbanas, 1.775 heridos graves y 9.400 heridos leves. Al igual que las cifras de siniestralidad en peatones, el número de ciclistas fallecidos en zonas urbanas también resulta alarmante: 24 ciclistas muertos, 347 heridos graves y 3.408 heridos leves en 2013, cifras además con tendencia ascendente desde los últimos años (DGT, 2013a). Detrás de gran parte de los accidentes que provocaron estas víctimas se encuentra el factor velocidad.


Según “Power Model” reducir la velocidad media un 5% reduciría las cifras de accidentes con heridos un 10% y los accidentes mortales un 20%. Por el contrario, un incremento de velocidad de la misma magnitud aumentaría los accidentes con heridos un 10% y los mortales un 20% (Nilsson, 2004).


En países como Holanda se vienen creando estas áreas desde 1983. Por ejemplo, en Suiza se redujo el límite a 30 km/h en 31 zonas residenciales.

Los casos de Suiza, Dinamarca y Holanda se encuentran en la línea de los resultados hallados por Elvik (2001) (en SWOV, 2010) quien concluye que la media de accidentes con heridos desciende un 25% cuando un área residencial de límite 50 km/h es transformada en “zona 30”.

Además del descenso en la accidentalidad, en el número de víctimas y en la velocidad media de la zona, la creación de “zonas 30” puede tener multitud de efectos positivos. Las “zonas 30” mejoran nuestra calidad de vida en la medida en que reducen los niveles de ruido, hacen más fácil el cruzar la calle, reducen las emisiones contaminantes, elevan la calidad del aire, contribuyen a un uso más eficiente de la energía, una circulación más suave de los vehículos y a una mejora de la habitabilidad y sostenibilidad de las ciudades.

Según la Organización Mundial de la Salud (2011), en un atropello a 50 km/h el riesgo de muerte es  ocho veces más alto que si se produjera a 30km/h. En un atropello a 64km/h, el 85% de los peatones mueren; a 48Km/h fallecen el 45%;  mientras que si la velocidad es de 32 km/h sólo fallecen el 5% (ETSC 1995)

Y si todo lo que acabo de exponerles es positivo, y está demostrado, “porque demonios no se pone en marcha ¡ya!”
Creo que cuando los datos son tan evidentes “no hay tu tía”, la Dirección General de Tráfico, dependiente del Ministerio del Interior debería de instituir esta norma en el reglamento de circulación a la voz de ya, claro, teniendo en cuenta que hay ciudades y ciudades, y me temo, que habrá una serie de vías donde se podrá imponer está reducción de velocidad y otras que no. En definitiva SENTIDO COMÚN. Si se trata de salvar vida adelante, pero, si volvemos a solo y llanamente a recaudar, la verdad no me seduce tanto. Ante de imponer hay que educar.
Ahí lo dejo.
                                                                           P.Bejarano


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Solo comentarios relacionados con la información de la página.