EN UNA GALAXIA, MUY, MUY LEJANA
Si la tecnología no lo
remedia, con los coches autónomos o con todos
los inventos sobre seguridad que acoplan los nuevos vehículos, seguiremos
acordándonos de las víctimas que un año más han perdido la vida en la
carretera.
Este año ni Papá Noel ni los
Reyes Magos nos han hecho caso con nuestros deseos del pasado año: sí, aquel de llevar la Educación Vial a las Escuelas
como asignatura. Tengo la esperanza, y no la
pierdo, de que como la televisión por cable llegó a EE. UU., y después, poco a
poco, nos la están imponiendo aquí en España, algún
día mi sueño se haga realidad y los jóvenes de nuestro país empiecen a retomar
algunos valores muy importantes delante de un volante.
Cuando uno se sienta cómodo en la sala de un cine o,
mejor aún, en el salón de su casa, y se pone a ver una película de ciencia
ficción, y ve como los coches vuelan y conducen a una velocidad por las
ciudades del futuro que no tienen nada que ver con la nuestra. Y van con sus
naves de un lugar hacia otro por carreteras imaginarias, y ni siquiera se
rozan, me gustaría conocer esos densos y fantásticos planetas donde el conducir
entre las nubes es una gozada. ¿Se imaginan la entrevista que podría hacerle al
galáctico director de Tráfico de ese planeta?, donde todo el mundo va y viene
entre millones de habitantes y no se produce ni un solo accidente. ¿Dónde está
el secreto? Yo creo que la tecnología, por una parte, y la educación, por otra,
hacen que estos hombres y mujeres de otros planetas cinematográficos sean todo un ejemplo de lo que debería ser la
movilidad del futuro.
CONCLUSIÓN:
Mientras escucho los últimos
compases de un emocionante y hermoso villancico
de siempre, “Blanca Navidad”, en la “voz” inconfundible de Frank Sinatra, y los
petardos suenan fuera como reclamo de los chiquillos en esta época, un nuevo
año está a punto de decir adiós. Atrás quedaron vivencias, emociones, y el
tiempo que pasa como reloj de arena por la embocadura de nuestra vida. Creo que
todos deberíamos tomar conciencia de todo lo que podemos aportar en mayor o
menor medida a esta vida en común, donde siempre nos quedamos con la intención
de ser mejores, pero solo algunos lo consiguen.
Propósito de enmienda: me pondré
siempre el cinturón de seguridad, no hablaré por el móvil mientras conduzco, y
prometo que voy a cumplir todas las normas del ordenamiento jurídico
administrativo que forman el reglamento de conducción; ¡y lo que es más
importante!, no beberé, ni tomaré drogas si después tengo que conducir.
Utopía o realidad; ¡ojalá!,
al final de 2018 podamos estar aquí para contarlo.
Solo me queda, desearles una
hermosa salida de año, y que 2018 sea un año ilusionante para todos. Feliz año
amigos/as, nos volveremos a ver en una GALAXIA, MUY, MUY LEJANA.
Pepe Bejarano
30/12/2017
todomotorsevilla@gmail.com