El parabrisas cobra especial importancia en esta época del año, en la que las bajas temperaturas y condiciones climatológicas pueden afectar a la seguridad al volante e incluso arruinar un viaje.
El metal y el vidrio de un automóvil irradian más calor y se enfrían más rápido que la tierra o el asfalto. Por este motivo la humedad se concentra más sobre ellos y el hielo cristaliza más rápido. El techo y el parabrisas son las áreas más sensibles a helarse por su orientación hacia el cielo y su inclinación.
Batería, neumáticos, luces y líquidos también requieren de un mantenimiento especial en esta época del año.