Un estudio realizado por la
Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) ha llegado a unas curiosas
conclusiones sobre los humo que emanan
de un motor diésel. Al parecer, estas emisiones son capaces de transformar las
lipoproteínas de densidad alta (o el colesterol alto: HDL) en colesterol de baja
densidad o LDL.
El “colesterol bueno” se
encarga de reducir el nivel de colesterol en la sangre, lo produce el cuerpo de
forma natural y es capaz de eliminar el colesterol de las paredes de las
arterias para devolverlo al hígado. En cambio, el “colesterol malo” se acumula
en las paredes de las arterias aumentando el riesgo de padecer enfermedades
cardiovasculares.