El
31 de julio de 1973 se produjo la última unidad del mítico modelo
Un coche que forma parte de
la historia del automóvil en España
La aparición del SEAT 600 en
1957 se convirtió en un fenómeno social y en el inicio de la motorización
española
El popular “pelotilla”
costaba alrededor de 63.000 pesetas
Se ofrecía también en la
versión de cuatro puertas con el SEAT 800
El 600 se fabricó hasta
1973, con cerca de 800.000 unidades producidas
SEAT 600: ARTÍFICE DE LA
MOTORIZACIÓN DE NUESTRO PAÍS
Martorell, 31/07/2013.– Tal
día como hoy, un 31 de julio, aunque del año 1973, salía de la fábrica de SEAT
en la Zona Franca de Barcelona el último 600 producido, un vehículo que marcó
un antes y un después en la sociedad española y que supuso el inicio de la
motorización en nuestro país. En total, 40 años de diferencia en los que la
evolución de la industria de la automoción ha sido significativa y cuyo mejor
exponente si hablamos del segmento de los pequeños utilitarios en la marca
española es el SEAT Mii.
El 600, como denominación
genérica y en todas sus versiones, es el icono, el gran mito del despegue de la
motorización española en la época de post-guerra. Ningún otro modelo ha quedado
tan grabado en nuestro subconsciente colectivo, ni como recuerdo sentimental ni
como memoria de su presencia en nuestras calles y carreteras. Es el coche, como
gente ya muy adulta todavía recuerda, con el que su padre le enseñó conducir.
Por ello, está profundamente
arraigado en la historia del “día a día” de muchas familias españolas durante
las décadas 50, 60 e incluso 70. Y muchísimos hijos, nietos y hasta biznietos
de sus propietarios, llevan décadas oyendo contar anécdotas de los “famosos”
viajes; porque entonces viajar tenía mucho de aventura, en la cual se mezclaban
lo precario de la red viaria, el muy limitado nivel prestacional de los coches
disponibles, y una fiabilidad mecánica que no era la de hoy en día.
POR 63.000 PESETAS
Con el 600, muchas familias
de clase media hicieron realidad el sueño de adquirir su propio vehículo por un
precio aproximado de 63.000 pesetas, lo que hoy en día son 378,54 €. Otro dato
significativo que nos ofrece una clara visión de lo mucho que han cambiado los
tiempos.
La salida del concesionario
al volante del coche nuevo, tras haber escuchado los consejos del probador que
lo entregaba, constituía el punto culminante de una odisea que había empezado
muchas semanas, e incluso meses antes. Exactamente desde que se hizo la
solicitud de compra. La dimensión de la llegada del 600 fue tal que en 1958 su
producción se multiplicó por seis.
HASTA 28 CV DE POTENCIA
Inicialmente, el SEAT 600
contó con un motor de 633 cc de cilindrada y 18/20 CV -que se mantuvo en
producción durante seis años-, para pasar posteriormente a las versiones D, E y
L-Especial con 767 cc, -subiendo su potencia a 25 CV y posteriormente a 28 CV-,
que ocuparon los diez años restantes de la andadura del 600.
En todos los casos la
carrocería se mantuvo prácticamente invariable, al margen del cambio de
orientación en la apertura de las puertas a partir de 1970. Y respecto al
motor, el del 600 original como se comentaba anteriormente no varió apenas en
seis años, fiel a sus 18 y luego 20 humildes pero voluntariosos caballos,
mientras que el más moderno se mantuvo también inmutable con 25 CV en los D y
E, y tan sólo en su último año, ya como L-Especial, ganó tres CV de potencia,
gracias a un aumento de compresión. Dicho L-Especial, como su nombre indica,
aportaba refinamientos extra, como una tapicería más acogedora y llave de
contacto con antirrobo de dirección.
Pero el 600-D aparecido en
1963, y su sucesor el E, se podrían considerar como “el 600” por antonomasia:
con la cilindrada que sería la definitiva hasta el final de su existencia, se
enfrentaba a las duras condiciones de los exigentes trazados de aquellos
tiempos. Pero el 600 también tenía otras virtudes, evidentemente. En primer
lugar, su diseño de carrocería, aprovechando sus 3,30 metros de longitud con un
habitáculo en el que en teoría cabían bien cuatro personas, y muy justas cinco,
aunque en la práctica se metían muchas más…
El 600 tenía una buena
robustez básica y también ofrecía una gran facilidad de reparación, pues su
mecánica era sencilla y accesible. Por otra parte, había repuestos en casi
todas partes; no sólo en la red oficial, sino en todas las tiendas de
accesorios con lo que, con reparaciones pequeñas o no tan pequeñas, duraba años
y años.
UNAS PRESTACIONES “DE ÉPOCA”
A nivel de prestaciones, el
600 conseguía una velocidad máxima de 115 km/h y cubría los primeros 1.000
metros en 45,5 segundos, unas cifras nada desdeñables si hablamos de un motor
que rendía 28 CV como máximo. Asimismo, el consumo en ciudad era de 10 litros a
los 100 kilómetros y en carretera se conformaba con 6,5 litros, con una
autonomía de 461 kilómetros.
Es inevitable comparar estos
datos con los de hoy en día, y en el caso del SEAT Mii alcanza una velocidad
máxima de 172 km/h y cubre los primeros 1.000 metros en 35,4 segundos (-10,1
segundos). Todo ello con una potencia de 60 ó 75 CV y una cilindrada de 999 cc.
Por su parte, el consumo en ciudad del Mii es de 5,1 litros/100 km (-49%) y el
consumo en carretera es de tan solo 3,7 litros/100 km (-43%), dejando la
autonomía en 945 km (+484 km).
Y qué decir del volumen del
maletero. Otra diferencia importante, ya que el 600 se conformaba con 68,5
litros, mientras que el Mii ofrece 238 litros. De todos es sabido que el 600 a
la hora de viajar iba cargado al máximo, con la recordada imagen de las maletas
y buena parte del equipaje en la baca del coche
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