“Journey of Discovery”, la
aventura de Land Rover con la que se recorrerán 12900 km desde Birmingham a
Pekín, nos revela cada semana las más exclusivas historias vividas. Con esta
aventura Land Rover trata de conseguir un millón de libras para la Federación
de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.
Tras
meses de preparación, la expedición “Journey of Discovery” continúa esta semana
la cuenta atrás hacia Pekín, dejando Ginebra y cruzando los Alpes en dirección
a la Europa del Este con una primera parada en el Valle de Aosta, donde han
descubierto los secretos para el "control de avalanchas".
La
caravana llamó poderosamente la atención en Ginebra, primera parada de la
expedición, donde llego para participar en el Salón del Automóvil que se
celebraba durante esos días en la ciudad.
Antes
de ponerse en camino hubo que cargar los vehículos y revisar cada pieza del
equipaje. Viendo los bultos amontonados tras los Discoverys, parecía que el
equipo se llevaba, literalmente, la casa a cuestas…. Parecía improbable que
todo llegara a entrar en los Land Rover, pero hay que estar preparado porque
el “Journey of Discovery” transcurre
tanto por rutas urbanas como por terrenos salvajes y, cuando llegue a esos
remotos parajes el equipo deberá garantizar su autosuficiencia ante cualquier
situación.
Por
tanto, en las bolsas de equipaje encontramos ropa muy diferente, desde trajes
de vestir y lujosos zapatos para acudir a los encuentros diplomáticos y
diversas celebraciones que tendrán lugar por el camino hasta chaquetas polares
para las etapas de montaña y todo tipo de artilugios para sobrevivir en
diferentes situaciones.
Hay
suficientes herramientas como para suplir a varios talleres: bidones de
carburante, piezas de repuesto, incluso equipamiento especial para rescatar
personas atrapadas en los vehículos en caso de que fuera necesario.
Lógicamente, ninguno de los participantes desea que esto ocurra, pero emprender
una expedición de este tipo sin estar preparado para esa posibilidad sería
realmente temerario.
También
hay que incluir tablas con un diseño especial para liberar a los coches en caso
de que estos quedaran hundidos en arenas profundas; gatos hinchables que pueden
ser cargados desde el tubo de escape; y, por último, pero no menos importante,
varias cajas de comida precocinada para que el equipo pueda salir del apuro en
las zonas más remotas de la expedición que se darán, normalmente, a partir de Kazajstán.
Asombrosamente,
todo esto se logró encajar perfectamente en los Land Rover, sobrando además, el
suficiente espacio como para que los miembros del equipo viajasen en ellos
cómodamente.
En
Ginebra, tras el repiqueteo de los flashes, las luces brillantes y la elegante
puesta en escena subyacía un mensaje muy serio, la verdadera fuerza motora del
“Journey of Discovery”: crear un fondo de ayuda humanitario cuyo objetivo es
recaudar un millón de libras con el que la Federación Internacional de
Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC) trabajarán en un
proyecto de potabilización de agua en Uganda. Este sin duda es el mayor
proyecto de captación de fondos de ayuda acometido por Land Rover hasta la
fecha.
El
dinero recaudado ayudará a proporcionar fuentes de agua limpia a largo plazo, a
cerca de unas 45.000 personas en Uganda, uno de los lugares más pobres del
planeta, donde el 51% de la población rural no tiene acceso a la sanidad más
elemental y el 36% carece de acceso al agua potable.
Alcanzando
estas donaciones y alertando al mundo de que para miles de personas existe esta
carencia de cosas que, para muchos, son básicas cada día, se espera poder hacer grandes cambios que
salvarán muchas vidas.
Robert
Fraser, principal responsable de Agua y Sanidad en Cruz Roja, explica así el
problema: “780 millones de personas en el mundo no tienen aún acceso al agua
potable. El no poder beber agua limpia y carecer de la sanidad más elemental
es, probablemente, la mayor causa de mortalidad infantil en el mundo. Los
menores de cinco años sufren un mayor riesgo, sobre todo en las zonas más
deprimidas en las que la alimentación es escasa e inadecuada, lo que hace mella
en los sistemas inmunológicos de los pequeños. Un simple cólico estomacal por
ingesta de agua no potable es cuestión de vida o muerte para muchos de estos
niños”.
Los
Discovery de la expedición, totalmente involucrados en la recaudación de ese
millón de libras para el IFRC, continuarán llevando al mundo su importante
mensaje durante todo el viaje. Después de Ginebra y tras dejar atrás las
orillas del Lago Lemán, nos brindaron un corto pero espectacular trayecto en el
que sortearon una serpenteante carretera de montaña bajo un ardiente cielo
azul, flanqueados por soberbias cumbres nevadas, hacia el complejo turístico de
Pila, en el Valle de Aosta.
Allí,
acompañados por el Explorador Polar y Embajador de Land Rover, Ben Saunders, y
el cámara Johno Verity (conocido por ser un superviviente de una gran avalancha
de nieve), la expedición descubrió los secretos del control de aludes con la
colaboración de los miembros del equipo de Pila, quienes detonaron explosivos y
quitaron nieve de las cornisas para simular una gran avalancha.
Todo
comenzó con una leve humarada en la vecina cresta a la que siguió, segundos más
tarde, el estruendo de la detonación de 20 kilos de explosivos. Una avalancha
de nieve perfectamente controlada fue deslizándose por la ladera vacía de la
montaña, mientras todo era filmado por
la expedición. Sin duda esta fue la primera de las muchas aventuras que esperan
a los integrantes del Journey of Discovey durante todo este apasionante
viaje.
En
Milán, tras la celebración a su llega, el equipo probó sus capacidades en el
curso de conducción sobre hielo impartido por el “Land Rover Experience Ice
Driving”. Una actividad muy útil para lo que resta del camino. En los próximos
destinos, pasarán por una ruta de los Alpes hasta la capital austriaca, Viena;
Budapest, en Hungría; y Ucrania, donde nos esperan nuevos descubrimientos.
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