Volvo
Car Group ha desarrollado un revolucionario concepto de almacenamiento de
energía que podría mejorar el uso de energía de los futuros vehículos
eléctricos. El material, formado por fibras de carbono, baterías
nanoestructuradas y supercondensadores, ofrece un almacenamiento de energía más
ligero que requiere menos espacio en el coche, estructuras más eficaces y más
ecológicas.
Esta iniciativa, forma parte
de un proyecto de investigación de la UE, donde participa el Imperial College
of London como socio principal, junto con ocho socios, y Volvo como único
fabricante de coches del proyecto. El equipo ha identificado una solución
factible para el gran peso, gran tamaño y para los altos costes asociados con
las baterías que se encuentran en híbridos y coches eléctricos hoy en día,
manteniendo al mismo tiempo una capacidad eficiente de potencia y rendimiento.
El proyecto de investigación se ha llevado a cabo durante 3,5 años y ahora se
ha aplicado en forma de componentes en la carrocería dentro de un Volvo S80
experimental.