IR DE PICOS PARDOS
Un joven, de poco más de veinte años, da por finalizadas sus intensas carreras en el circuito arbolado del extenso parque cercano a su vivienda, y dirige sus ágiles pies, provistos de cromáticas zapatillas, a la tercera planta de su bloque… Cuando entra en el pequeño cuarto de baño, se despoja de la indumentaria deportiva y deja correr sobre su esbelto cuerpo el agua tibia de la ducha. Lentamente, pasa la toalla de baño desde la cabeza hasta los pies y seca los cabellos y la recortada barba con un secador de pelo… Vuelve a vestirse hasta completar su atuendo con un traje gris marengo y zapatos casuales, se peina y termina perfumándose con agua de colonia. Después se despide de su madre, una atractiva mujer de grandes ojos verdes, nariz recta, labios bien perfilados y melena dorada, que ronda los cuarenta y cinco años.
―¿Te vas de picos pardos? ―dijo la madre con cierta ironía.
―Voy a tomar una copa ―contestó el hijo encogiéndose de hombros.
Cuando el joven salió a la calle para coger el autobús eran las diez de la noche y lucía un cielo de doradas y titilantes estrellas… Había escuchado más de una vez aquella expresión y, aunque sospechaba su significado, no conocía cuál era su origen y los matices que pudieran adornar lo que había dicho su madre, y que yo voy a tratar de contarles para solaz de unos y recuerdo de otros que sí conocerán todos los detalles:
En la actualidad ir de picos pardos es una expresión que significa ir de parranda o salir de fiesta. Pero en otros momentos se le ha dado un significado más complejo, refiriéndose a que alguien, efectivamente, sale de fiesta o de juerga, a pasarlo bien, aunque con una más o menos clara intención de ligar; o incluso requiriendo los servicios de alguna prostituta.
Verán, hay versiones que nos hablan de faldas de 4 picos en las que si la mujer que la vestía se recogía uno de ellos es que estaba dispuesta a tener algún tipo de “acercamiento” con un hombre (sin intercambio de dinero), pero si el pico recogido estaba sujeto por un cintillo de color pardo o llevaba cosido en el extremo un trozo de tela de este color es que era prostituta. Por otro lado, se cuenta que Carlos III (siglo XVIII) impuso a las prostitutas la obligación de distinguirse mediante sayas de color pardo cortadas por los bajos en picos, aunque también se dice que ir de picos pardos tiene que ver con las costumbres licenciosas de los estudiantes del Siglo de Oro.
Quiero añadir que el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia, en su 3.ª edición de 1791, decía que andarse, o irse, de picos pardos era frase con la que se daba a entender que alguno, pudiendo aplicarse a cosas útiles y provechosas, se entregaba a las inútiles e insustanciales, por no trabajar y por andarse a la bebida.
Bueno, la relación que pueda existir entre una y otra información la dejo al buen criterio de los amables lectores, aunque mi intención es ceñirme al concepto más actual:
Ir de parranda o salir de fiesta… Así de escueto y sencillo, aunque creo que todo lo relatado puede resultar enriquecedor.
Con mis mejores deseos, saludos cordiales.
Fernando Monge
24/abril/2022
fmongef@gmail.com
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