Hasta
ahora decir Jaguar o Land Rover era sinónimo de los valores más genuinos del
Reino Unido, pero, en realidad, hace tiempo que no es así. A finales de los
años 80 Ford se hizo ya con ambas marcas y, tras la recompra por el fabricante
indio Tata, sus designios industriales ya no se limitan a las islas británicas.