sábado, 10 de agosto de 2019

LA ROTONDA,


LA VIOLENCIA NO CONDUCE A NADA


Todo tiene un límite. Las reivindicaciones que vienen realizando los taxistas españoles por la competencia desleal -según ellos-, que les están haciendo las empresas VTC se están saliendo de madre. Una cosa es movilizarse, realizar un plan activo de medidas tendentes a que la administración se siente con ellos en una mesa para DIALOGAR sobre las posibles soluciones al sector. Y otra, tomarse la justicia por su mano y utilizar la violencia como único argumento para solucionar el conflicto.

He podido comprobar cómo algunos energúmenos han roto cristales de vehículos, han lanzado piedras sobre vehículos en marcha VTC  con el consiguiente peligro de la integridad física de las personas, han cortado carreteras, quemado neumáticos, e incluso ha habido lesiones importantes a los propios taxistas en cargas policiales y cortado el paso de vehículos en marcha.


No, esto no puede convertirse en una batalla campal. Las asociaciones afines al sector deben de alojar un poco de sensatez, las administraciones competentes deben poner de su parte para  ser más creativos y no animar a poner en pie de guerra a un sector como es el del taxi que siempre se ha caracterizado por el trato exquisito a clientes y siempre comprometido y solidario con la sociedad.

Nadie puede dudar de que en los últimos tiempos este colectivo está sufriendo los avatares del libre mercado, y como consecuencia de ello los costes se les han disparado desorbitadamente. Un autónomo del taxi, independientemente de dejar todas las horas del día al frente del volante, está acosado a impuestos sobre el trabajo, y eso sin hablar del mantenimiento del vehículo, también debe de actualizarse o resetearse. Eso es lo que han tenido que hacer algunos empresarios autónomos de sectores como las frutas y verdura, pescadería, mercería, bares o tiendas de informática. Creo que todos los clientes que alguna vez hemos utilizado un servicio VTC, sobre todo es por la comodidad a la hora de pedir un servicio, saber cuál es el precio que vas a pagar por el trayecto que vas a realizar y sobre todo para algunos, la forma de pago. Y aunque no sea lo más importante, distintos tipos de servicios, vehículos, limpieza, y un servicio a la altura de la época que estamos viviendo.
No les quito parte de razón a los taxistas, pero si los clientes se están decantando por los VTC, ¿será por algo? Así que en vez de tanta guerra habrá que ponerse manos a la obra y actualizarse. Si saben lo que quieren los clientes ¿Por qué no se lo dan? O como piensan algunos mal pensados, el hecho que los clientes no saben cuánto les va costar un trayecto hasta el final del mismo, ¿les beneficia o les perjudica al sector del taxi? ¿Qué piensan ustedes?
Esto no significa que el en colectivo del taxi se siga reivindicando los  derechos que les asisten ante la administración o la justicia, con respecto a las empresas de VTC.

Si queremos una sociedad donde todos tengamos cabida, habrá que elegir a interlocutores válidos, que sepan legislar una serie de normas que deberían estar refrendadas por los distintos sectores productivos de la sociedad y empezar a convivir, con el trabajo, los servicios y la competencia leal y productiva en una sociedad avanzada.

Foto: El Confidencial
Ahora, dejemos la violencia. Siempre habrá alguien interesado en sacarle rédito a los conflictos y serán los primeros en enarbolar la bandera de la destrucción y el caos. Y eso a la mayoría no nos conviene. Hay que hablar, dialogar hasta la extenuación, sin cortapisas, proponer ideas, debatirlas, ponerlas en marcha, y si no valen se cambian, pero de eso, a generar una situación de constantes sufrimientos para unos y otros. No tiene sentido.

Pongamos cada uno de nuestra parte, y desterremos situaciones que no conducen a nada, los taxistas, los más violentos, tengo la impresión que están dejando a este colectivo a la altura del betún con acciones deleznables y cobardes como el lanzamiento de objetos sobre otros vehículos, sobre otras personas. Y los clientes, la parte sufridora y una de las partes más esenciales de esta situación, debemos exigir más respeto, porque en definitiva somos el objetivo principal de todo el conflicto.

¡Ojalá!, cuando lean este artículo de opinión, todo se haya solucionado y no llegue la sangre al río.

Con todo mi respeto y afecto,

Pepe Bejarano
todomotorsevilla@gmail.com

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