LA
VIOLENCIA NO CONDUCE A NADA
Todo tiene un límite. Las reivindicaciones
que vienen realizando los taxistas españoles por la competencia desleal -según
ellos-, que les están haciendo las empresas VTC se están saliendo de madre. Una
cosa es movilizarse, realizar un plan activo de medidas tendentes a que la
administración se siente con ellos en una mesa para DIALOGAR sobre las posibles
soluciones al sector. Y otra, tomarse la justicia por su mano y utilizar la
violencia como único argumento para solucionar el conflicto.
He podido comprobar cómo
algunos energúmenos han roto cristales de vehículos, han lanzado piedras sobre
vehículos en marcha VTC con el
consiguiente peligro de la integridad física de las personas, han cortado
carreteras, quemado neumáticos, e incluso ha habido lesiones importantes a los
propios taxistas en cargas policiales y cortado el paso de vehículos en marcha.
No, esto no puede convertirse
en una batalla campal. Las asociaciones afines al sector deben de alojar un
poco de sensatez, las administraciones competentes deben poner de su parte para
ser más creativos y no animar a poner en
pie de guerra a un sector como es el del taxi que siempre se ha caracterizado
por el trato exquisito a clientes y siempre comprometido y solidario con la
sociedad.
Nadie puede dudar de que en
los últimos tiempos este colectivo está sufriendo los avatares del libre
mercado, y como consecuencia de ello los costes se les han disparado
desorbitadamente. Un autónomo del taxi, independientemente de dejar todas las
horas del día al frente del volante, está acosado a impuestos sobre el trabajo,
y eso sin hablar del mantenimiento del vehículo, también debe de actualizarse o
resetearse. Eso es lo que han tenido que hacer algunos empresarios autónomos de
sectores como las frutas y verdura, pescadería,
mercería, bares o tiendas de informática. Creo que todos los clientes que
alguna vez hemos utilizado un servicio VTC, sobre todo es por la comodidad a la
hora de pedir un servicio, saber cuál es el precio que vas a pagar por el
trayecto que vas a realizar y sobre todo para algunos, la forma de pago. Y
aunque no sea lo más importante, distintos tipos de servicios, vehículos,
limpieza, y un servicio a la altura de la época que estamos viviendo.
No les quito parte de razón a
los taxistas, pero si los clientes se están decantando por los VTC, ¿será por
algo? Así que en vez de tanta guerra habrá que ponerse manos a la obra y
actualizarse. Si saben lo que quieren los clientes ¿Por qué no se lo dan? O
como piensan algunos mal pensados, el hecho que los clientes no saben cuánto
les va costar un trayecto hasta el final del mismo, ¿les beneficia o les
perjudica al sector del taxi? ¿Qué piensan ustedes?
Esto no significa que el en colectivo
del taxi se siga reivindicando los derechos que les asisten ante la
administración o la justicia, con respecto a las empresas de VTC.
Si queremos una sociedad donde
todos tengamos cabida, habrá que elegir a interlocutores válidos, que sepan
legislar una serie de normas que deberían estar refrendadas por los distintos
sectores productivos de la sociedad y empezar a convivir, con el trabajo, los
servicios y la competencia leal y productiva en una sociedad avanzada.
Foto: El Confidencial |
Ahora, dejemos la violencia.
Siempre habrá alguien interesado en sacarle rédito a los conflictos y serán los
primeros en enarbolar la bandera de la destrucción y el caos. Y eso a la
mayoría no nos conviene. Hay que hablar, dialogar hasta la extenuación, sin cortapisas,
proponer ideas, debatirlas, ponerlas en marcha, y si no valen se cambian, pero
de eso, a generar una situación de constantes sufrimientos para unos y otros.
No tiene sentido.
Pongamos cada uno de nuestra
parte, y desterremos situaciones que no conducen a nada, los taxistas, los más
violentos, tengo la impresión que están dejando a este colectivo a la altura
del betún con acciones deleznables y cobardes como el lanzamiento de objetos
sobre otros vehículos, sobre otras personas. Y los clientes, la parte sufridora
y una de las partes más esenciales de esta situación, debemos exigir más
respeto, porque en definitiva somos el objetivo principal de todo el conflicto.
¡Ojalá!, cuando lean este
artículo de opinión, todo se haya solucionado y no llegue la sangre al río.
Con todo mi respeto y afecto,
Pepe Bejarano
todomotorsevilla@gmail.com
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