La Segunda Guerra Mundial dejó
a Francia en un estado ruinoso y Peugeot, con su planta de Sochaux controlada
por los ocupantes alemanes hasta 1944 y objeto de varios bombardeos y acciones
de sabotaje, pasaba por un momento crítico. Sin embargo, la Marca hizo una
apuesta valiente: lanzar un nuevo modelo de gama media que permitiera
reconstruir su reputación y su presencia en el mercado.
En un contexto en el que los
fabricantes franceses retomaron la producción de vehículos que tuvieron éxito
en el periodo de entreguerras o centraron sus esfuerzos en automóviles
pequeños, Peugeot confió su renacimiento a una berlina de segmento intermedio,
capaz de servir de base a una gama completa.
Convertido en un icono de los
años 50 en Francia, por su estética redondeada y su frontal cromado que se
inspira en las lujosas berlinas americanas de la época, el Peugeot 203 se
convirtió en sinónimo de fiabilidad y prestaciones por su motor de 1.293 cm3 y
42 CV, una reputación que ha llegado hasta la gama actual.
La presentación del Peugeot
203 en el Grand Palais fue una de las grandes sensaciones en el Salón del
Automóvil de París de 1948. En un entorno en el que las demás marcas
presentaban berlinas de la preguerra y pequeños automóviles pensados para las
clases populares rurales y urbanas, Peugeot se atrevía a atacar el segmento
medio, huérfano de modelos desde la Segunda Guerra Mundial.
En el apartado estético, el
Peugeot 203 destacaba por un diseño redondeado, con líneas clásicas y
elegantes. Su silueta de dos volúmenes estaba rematada por un atractivo frontal
cromado, con dos faros redondos integrados en la carrocería y un capó rematado
en punta, en la que figuraba la marca “Peugeot” y el León rugiente.
Técnicamente, también se
apostó por la innovación. Fijando como prioridades el comportamiento en
carretera, la seguridad y la eficacia en la frenada, los ingenieros de Peugeot
desarrollaron un vehículo monocasco de tracción trasera con un nuevo motor de
1.293 cm3 con culata de aluminio, capaz de desarrollar una potencia de 42 CV y
de alcanzar una velocidad máxima de 120 Km/h. Unas prestaciones y un agrado de
conducción que, unidas a su fiabilidad, fueron clave para el éxito del Peugeot
203 y fueron la base de una reputación que ha llegado hasta nuestros días. Su
caja de cambios de 4 velocidades, con su cuarta velocidad sobremultiplicada,
precursora de las actuales transmisiones de 5 y 6 velocidades.
Una de las principales
características del Peugeot 203 fue su capacidad camaleónica para adaptarse a
cualquier tipo de utilización. Lanzado originalmente en versión berlina, con un
acabado Luxe de gran éxito que ofrecía techo practicable, calefacción y sistema
antiescarcha, también se comercializó, a partir de 1951, en carrocería
cabriolet, con tres colores de tapicería de cuero, coupé (1952), Familiar
(1948-56) y berlina descapotable. Mención aparte merecen sus versiones
comerciales: se pusieron a la venta Peugeot 203 Camioneta, Furgoneta, Furgón,
Ambulancia, Pick-up… Una polivalencia que le permitió alcanzar la cifra de
699.863 unidades producidas.
Sus éxitos deportivos, con
victorias como el Raid París-El Cabo de 1950, el Rally de Yugoslavia de 1952 o
el Rally Safari de 1959, le abrieron puertas como las del mercado australiano,
donde se convirtió en el primer Peugeot en fabricarse en el país tras su
espectacular triunfo en el Rally de Australia de 1953.
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