

Alterar
el cuentakilómetros de un coche para que indique un kilometraje inferior al
realmente realizado, puede permitir venderlo a un precio superior al que le
correspondería. Hace años, la manipulación en el kilometraje implicaba
desmontar el cuadro de lecturas y el propio cuentakilómetros. Parecía que la
digitalización pondría fin a este fraude, pero la tecnología ha tenido el
efecto contrario, como puede verse en este vídeo que difunde el RACC: