LA SIESTA
Una cabezada después de comer es como poner a cargar la batería del móvil. Teniendo en cuenta que estos días te acuestas más tarde, y te levantas con el canto de los pájaros, es algo que muchos agradecemos. Aprovechando la brisa mañanera, nos ponemos en modo deportistas, unos salen a caminar, otros cogen la bicicleta, y los más afortunados y valientes aprovechan la temporada para hacer unos largos en la piscina o el mar.
La actividad estos días es trepidante, depende donde te halles, en casa sigues con tus horarios laborales, y si estás de vacaciones, ya sea en la playa o en la montaña, además de descansar, lo que ponemos en la butaca son nuestras ideas. El ocio nos hace más creativos, para hacer lo que durante todo el año no podemos desarrollar.
Les puedo poner muchos ejemplos, y me faltarían manos:
Viajar y conocer aquellos sitios donde nos hemos desplazado, con el consiguiente ir y venir en el menor tiempo posible, para ver y sacarle el mayor partido a nuestro desplazamiento.
Los más sedentarios nos atrevemos a poner en marcha nuestras células grises, leyendo, pintando, viendo cine, etc.
Otros se deciden por los deportes de riesgos, ya sea en el mar, o en lugares rurales, desde puénting, hasta esquiar, paracaidismo sobre el mar, o hacer kilómetros andando o corriendo, ¡cómo no!
Y también están los contemplativos, aquellos que se quedan pasmados admirando una obra de arte, oteando todo lo que se puede admirar desde un mirador instalado en una montaña, o sencillamente desde la butaca de la playa, anonadados o ensimismados presenciando como rompen las olas en la orilla de una playa cualquiera.
Y, también están, los que aprovechan el tiempo para poner sus viviendas al día, armarios, pinturas, obras, etc.
Sea como sea, todos, durante esta época estival, “plegamos la oreja”, unos minutos. Salvo excepciones.
Pese a la tradicional creencia de que en España la mayoría de la gente se echa la siesta, las estadísticas indican que no es así: solo el 16% de la población lo hace todos los días.
El verano, con las vacaciones y las jornadas de trabajo reducidas, puede ser un buen momento para implementar esta práctica.
Echarse la siesta es algo que se puede disfrutar en cualquier época del año. Pero para muchas personas el verano es la temporada más propicia para echar una cabezadita después de comer: porque están de vacaciones, porque su jornada laboral acaba más temprano o simplemente porque el calor agobiante las convence de que no pueden hacer otra cosa que tumbarse un rato a descansar.
Y es que la ciencia ha investigado el hábito de dormir la siesta y ha encontrado en los numerosos beneficios. A continuación, se ofrece un decálogo de beneficios de la siesta en esta época del año:
1. Reduce el estrés
Disminuir el estrés aparece como el beneficio más evidente de dormir la siesta. Lo han comprobado numerosos estudios. Tumbarse, cerrar los ojos y desconectar de todo, aunque sea durante unos pocos minutos, permite relajarse y eliminar muchas de las tensiones que alteran la vida cotidiana.
2. Compensa la falta de sueño nocturno
Muchas personas no duermen la cantidad de horas de sueño recomendadas, que son entre 7 y 8 para los adultos y 9 para los adolescentes. En verano, de hecho, muchas personas comienzan sus jornadas laborales una hora antes que el resto del año, pero no por ello se acuestan más temprano.
3. Reduce la tensión arterial y el riesgo de cardiopatías
La Fundación Española del Corazón (FEC) asegura que disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Pues porque la falta de sueño incrementa los niveles de cortisol, una hormona relacionada con la intolerancia a la glucosa y a la grasa y que además debilita el sistema muscular e inmunológico.
4. Potencia la memoria
Otra de las funciones bien conocidas del sueño está vinculada con la memoria, ya que contribuye a consolidar los conceptos adquiridos.
Otros trabajos destacaron la posibilidad de que unos minutos de sueño por la tarde ayuden a consolidar los conocimientos adquiridos por la mañana
5. Estimula la creatividad
Por el solo hecho de que reduce el estrés, ya se podría afirmar que la siesta promueve la creatividad.
6. Aumenta la productividad
Los expertos coinciden en que echarse la siesta contribuye con la productividad. Es decir, que alguien que duerme un rato después de comer puede rendir más que alguien que no lo hace el resto de la jornada.
7. Mejora los reflejos y la sensación de estar más despiertos
Hay quienes podrían pensar que, si alguien se echa la siesta, se quedará luego con una cierta somnolencia. Lo que sucede en realidad es justo lo contrario.
8. Pone de buen humor
La siesta afecta positivamente el humor de las personas. La razón es química: dormir eleva los niveles de serotonina, un neurotransmisor que regula el sueño, el apetito y el estado de ánimo.
Pero, según los especialistas, también hay algún aspecto negativo de la siesta: el aumento de somnolencia. Es posible que te sientas aturdido y desorientado después de despertarte de una siesta. Problemas de sueño durante la noche
Hoy he querido despedir la temporada de LA RONTONDA, haciendo una especie de homenaje a algo que durante esta época veraniega es protagonista en muchos lugares vacacionales: LA SIESTA.
Si hay algún consejo que le damos durante todo el año cuando van a conducir es que descansen antes de coger el vehículo, hay que ir lo más despierto posible para poder conducir un vehículo, y la siesta es como les comenté al principio, cargar el móvil.
Ponga su cuerpo y mente a punto, durante los días que tengan de vacaciones, para afrontar con energía la vuelta a casa, trabajo o a los estudios.
Les deseo a todos que disfruten, y descansen, que de eso se trata, que durante el mes de agosto le vamos a ofrecer los artículos más visto durante esta temporada tanto de LA ROTONDA, como de CEDA EL PASO, que dirige mi compañero Fernando Monge.
Que la información diaria continúa en todomotornoticias.com, y que se la ofrecemos siempre,
Con afecto y respeto,
Pepe Bejarano
todomotorsevilla@gmail.com
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