TRANSPORTE PÚBLICO Y BIENAL DE
FLAMENCO
La tarde del 9 de septiembre
se presentó soleada y bochornosa, algunos nubarrones negros alteraban la
celeste limpidez del cielo; bajo las mustias hojas de los árboles de la acera,
enfilamos el camino hacia la parada del autobús urbano. En la acristalada marquesina,
una mujer madura consultaba la aplicación del Servicio de Transporte Urbano de
Sevilla; un chico y una chica fijaban la vista en sendos móviles y movían sus
pulgares con soltura, apoyados en el borde metálico; una joven pareja hacía
gestos de impaciencia, cuando el autobús dominical asomó por la esquina de la
anchurosa calle.