DIESELGATE
Hay que darles salida a
los vehículos de gasolina y a los eléctricos. Después de tantos años algún que
otro político europeo ha decidido que el diésel pase a mejor vida. De la noche
a la mañana y con la ayuda de documentación medioambiental los vehículos diésel
serán penalizados, vejados y olvidados para que podamos tener ciudades con el
aire más limpio. No argumento lo contrario. De ninguna manera. Pero antes de
poner medidas tan graves, creo que podrían haber hecho un plan a medio-largo
plazo para que el sector no se vea tan perjudicado. ¿Quién va a comprarse un
diésel, hoy (por muchas facilidades que te den), cuando este tipo de vehículos
tiene los días contados. Y los que se lo han comprado últimamente, ¿Qué hacen,
se comen con patatas?.
Hay que ser más serios.
Si están dispuestos a acabar con este tipo de vehículos, tenían que haberse
marcado un plan de viabilidad para que las marcas-y, sobre todo,
concesionarios- le den salida al stock que duermen en las campas y que los que
se han comprado un vehículo diésel hace poco tiempo y puedan disfrutar de él
sin ser penalizados.
Las cifras hablan por sí
mismas:
La comercialización de automóviles diésel se
ha reducido en nuestro país en diez puntos porcentuales a lo largo del primer
semestre del año, lo que se traduce en la mayor caída de entre todos los países
europeos. Así, los coches que funcionan con este combustible han pasado de
suponer el 48,4% del total de las matriculaciones al cierre de 2017 a quedarse
en un 38,4% de cuota de mercado en junio de este año.
La caída registrada en
España está muy por encima de las estimaciones que había hecho el sector, que,
a pesar de prepararse para un escenario negativo, no esperaba un golpe de tal
magnitud. De hecho, el desplome de la demanda, que se sitúa en mínimos de los
últimos 20 años, y la dificultad para ajustarse a la nueva normativa europea de
homologación del consumo, está generando problemas de adaptación en las plantas
de la mayoría de los fabricantes.
La inestabilidad en las
fábricas implicará el cierre temporal de algunas de ellas para adecuar su
producción
Este anuncio es una de
las primeras consecuencias que llegan a raíz de la batalla medioambiental
abierta en Europa y el resurgir de las políticas proteccionistas en Estados
Unidos y el Reino Unido. Además, a ello se suma la postura antidiésel del
Gobierno socialista, que, en boca de la ministra de Transición Ecológica,
Teresa Ribera, aseguró que este combustible "tiene los días
contados".
Con estas declaraciones
la ministra dejó en el aire la llegada de futuras penalizaciones, ya sea a
través de la aplicación de nuevos gravámenes a los carburantes o vía fiscalidad
en la compra de estos vehículos. Una situación de incertidumbre que ha hundido
la demanda de coches diésel entre las familias y los particulares, donde ha
supuesto un 20% de las ventas totales tras caer el 40% en julio. "Esta
reducción tan drástica puede tener un severo impacto en la industria y en el
sector, además de la incertidumbre que se está generando en el cliente",
explica la Asociación Española de Fabricantes Anfac.
Si se pretende con este
tipo de medidas aumente las ventas de vehículos híbridos o eléctricos, hasta
ahora, el índice de ventas no ha mejorado ostensiblemente, eso sí, los
vehículos de gasolina han salido ganando.
En el desglose por países, la mayoría no llega
al 2% de eléctricos. Con excepciones, ya que en el caso de Noruega los
eléctricos representan un total del 39,4. Con los porcentajes más bajos de
representación en el mercado de los eléctricos se encuentran Italia y Grecia
con un 0,2%. Muy de cerca les sigue España, con tan solo el 0,6%.
Sigo pensando que este
golpe de efecto al diésel es un ardid para darle salida en el mercado a otro
tipo de vehículos más limpios, y también más caros. ¿Estamos preparados en
España para comprar vehículos que sobrepasen los treinta mil euros? ¿Existen en
España suficientes electrolineras o lugares para recargar los vehículos? Si la
respuesta a estas preguntas es negativa ¿A dónde quieren conducirnos estos
profetas de los business?
Conclusión: suprimen un
elemento de la ecuación y nos conducen a la necesidad que a ellos le interesan
para que solo su economía crezca, importándoles un bledo los cadáveres que se
queden en el camino. Para mí eso es el DIESELGATE.