Junta
de la culata: al pisar el acelerador a fondo sube mucho la temperatura y hacer
que se deforma. Y ojo, que una nueva puede llegar a los 3.000 euros.
- Bielas:
Con el acelerador al máximo y a pocas revoluciones, el combustible se inflama
antes de lo debido y el pistón tiene que
bajar antes de llegar al final de su recorrido. Esto somete a un gran
estrés mecánico a los cojinetes de la biela y del cigüeñal. En casos muy
extremos puede partir la biela, agujerear el bloque y arruinando completamente
el motor. El coste del arreglo se dispara.
- Desgastes
en el cilindro: A pocas vueltas y pisando a fondo, el pistón oscila en lugar de
subir y bajar recto, lo que aumenta la fricción, el desgaste y la temperatura.
Además, la bomba de aceite y la del agua mueven menos caudal.
En
los motores diésel estos problemas se agravan, ya que generan más suciedad y
los conductos se van obstruyendo… Si se localiza a tiempo puede bastar con
limpiarlo, pero demasiado hollín puede acabar haciendo fallar el turbo (una
pieza delicada, y sustituirla es caro). También pueden causar fallos en los
filtros y acaba disparándose el consumo de combustible
¿Significa
esto que no conviene realizar una conducción para ahorrar? En absoluto. Lo que
conviene es realizarla bien. El Instituto para la Diversificación y Ahorro de
la Energía (IDAE), sí, los mismos del Plan PIVE, aseguran que se puedes ahorrar
un 25% de combustible (lo normal es un 10-20%) y emitir hasta un 78% de
monóxido de carbono (CO), un 63% de hidrocarburos y un 50% de óxidos de
nitrógeno (NOx). La contaminación acústica también disminuye: un coche a 4.000
revoluciones por minuto hace el mismo ruido que 32 coches a 2.000 rpm.
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