Los
Porsche Turbo y Turbo S, basados en la nueva carrocería del Carrera 911, que
tiene una distancia entre ejes 100 milímetros mayor que la anterior. Su
potencia es de 520 y 560 caballos respectivamente, tienen tracción y dirección
en las cuatro ruedas, elementos aerodinámicos retráctiles delante y detrás y un
«overboost» (sistema que permite incrementar durante 20 segundos la presión
máxima del turbo) para la gama media de revoluciones. Todos estos elementos,
junto con el control de estabilidad, están destinados a mejorar la aceleración
y la estabilidad en recta y en curva.
Los 911 Turbo y Turbo
Cabriolet llevan un techo de lona que necesita 13,0 segundos para plegarse y
esta maniobra se puede hacer con el coche en movimiento hasta 50 km/h. Porsche
dice que ha fabricado la estructura del techo con magnesio y que su diseño que
«permite mantener la misma línea de techo que el Coupé cuando la capota está
cerrada», motivo por el cual el coeficiente aerodinámico es el mismo. Quizá
debido al mayor peso de las versiones descapotables, el consumo aumenta un poco
y la aceleración es ligeramente más lenta respecto a los 911 Turbo Coupé y
Turbo S Coupé (fichas técnicas de las versiones con carrocería cerrada y fichas
técnicas de las versiones descapotables).