Muchos fans de Mercedes-Benz pusieron el grito en el
cielo cuando supieron que el nuevo Clase A montaría un motor de Renault en su
versión de entrada a la gama. Pero ahora, esa colaboración entre ambos
fabricantes podría dar un nuevo paso adelante: según informa el Financial Times
Deutschland, Daimler se plantea la posibilidad de fabricar coches en alianza
con el grupo Renault-Nissan.
El citado diario apunta a que los primeros coches
producto de la joint-venture entre alemanes y franceses podrían empezar a
construirse a partir de 2016, aunque la decisión final al respecto no se tomará
hasta finales de este mismo año. Infiniti, la filial premium de la japonesa
Nissan, sería la pieza clave de este acuerdo.
Daimler trataría así, con esta producción conjunta, de
reducir la brecha existente con sus principales rivales en el mercado, Audi y
BMW. "Mercedes-Benz se está quedando a la zaga de sus principales
competidores, ahora están tratando de deshacerse de su imagen de
perdedor", explica Juergen Pieper, analista del Metzler Bank alemán.
Ante la precipitación de los rumores sobre dicho pacto,
desde ambas partes han rehusado a hacer comentarios al respecto, pero el
contexto de la industria automotriz global nunca fue más propenso a este tipo
de acuerdos: el de General Motors y PSA Peugeot Citroën o el de BMW y Toyota
son sólo algunos ejemplos recientes de cómo los grandes fabricantes tratan de
refugiarse en sus homólogos de la intensa presión a la que están sometidos para
ahorrar costes, dada la vertiginosa caída de la demanda.