Políticamente
correcto
El amor por conducir,
por viajar con la familia, por devorar kilómetros y kilómetros de carretera. El
deleite profesional de algunos que desde muy pequeños soñaban con ponerse
delante de un volante, camioneros, taxistas, conductores, en definitiva que han
hecho de su vocación una profesión.
Hoy día de REFLEXIÓN,
quiero dedicarles estas líneas a todos ellos, a aquellos profesionales DE
VERDAD, que saben lo que tienen entre manos.
A los que soñaron con su profesión y llegaron hacer su
sueño realidad, y por eso, cumplen a rajatabla con las normas.
Quien en la carretera, cuando todavía las autovías,
eran una utopía en España, se encontraban en la vía, con un camión, y éste te
hacia más fácil y seguro la conducción. Te señalaba con el intermitente
derecho, cuando podrías adelantarlo con toda seguridad, eran como tus ojos en
la cabina del camión. Que seguridad, que profesionalidad, ¡cuántas horas al
volante! y que honestidad y honradez, para llevar el salario a su casa.
las de ayer, pero con
el mismo espíritu de hacer bien su trabajo y de colaborar con todo el mundo.
Les ocurre también, a los maltrechos taxistas, todo el día al volante, para
llevar el jornal a casa, y “cuantas horas de espera, cuantos frenazos, y
cuantas situaciones desagradables al cabo del día”.
Son dos profesiones
de conductores, la de camioneros y taxistas, muy sacrificadas y ¡cómo no!
arriesgadas. Pero ¿cuantas historias por esos caminos urbanos e interurbanos,
conocemos?
Si cualquiera de
ell@s nos contarán podríamos hacer una enciclopedia completa, de la cantidad de
vicisitudes que nos podrías contar estos profesionales, y a la de riesgos que están expuestos diariamente.
Quiero, a todos
ellos, y a todos los que se ponen al frente de un volante cada día, en un
autobús urbano, o de línea discrecional, bomberos, policías, ambulancias, profesores de autoescuelas, etc. a todos
homenajearlos en este día de reflexión electoral, y de todos aquellos que hacen
que el motor de nuestra sociedad, no se detenga con su esfuerzo y dedicación.
Gracias, os observo cada día con admiración
queridas y queridos conductores.
Una ovación para
vosotros.
Sois grandes y hacéis
grande a esta sociedad.
Un abrazo y felices fiestas, allá donde estéis.