La Dirección General de Tráfico (DGT) pondrá en marcha
entre el 9 y el 15 de julio una campaña especial de intensificación de
controles de drogas y alcohol durante la conducción, según ha informado
tráfico. Con esta campaña se inicia la estrategia de "tolerancia
cero" con la que el Ministerio de Interior pretende reducir el número de
conductores que consumen drogas y se ponen al volante.
Hasta ahora, la DGT había practicado algunos controles de
drogas a los conductores como parte de un estudio europeo para determinar la
proporción de conductores que consumen bajo los efectos de sustancias
psicoactivas en los países de la Unión. Sin embargo, este tipo de pruebas no se
realizaba de manera general, como ocurre en el caso del alcohol, debido en
parte a lo costoso de la prueba (unos 60 céntimos, el test más barato).
Ahora, la intención de Tráfico es realizar los controles
de drogas de "una manera mucho más exhaustiva y frecuente" con el
objetivo de concienciar a los conductores de que conducir tras el consumo de
drogas no sólo afecta a las capacidades del conductor sino que incrementa entre
dos y siete veces la probabilidad de provocar o sufrir un accidente respecto a
quienes no consumen ninguna sustancia, según explicó a mediados de junio la
directora de Tráfico, María Seguí, en la presentación de la nueva estrategia.
Para ello, la DGT contará con un presupuesto para este
año de un millón de euros, la mayor partida de los nuevos proyectos de la DGT
este 2012. Seguí no quiso desvelar en cuántos controles se traducirán ese
presupuesto, aunque señaló que en cualquier caso será "muchos" y los
cifró en "miles".
El problema de los conductores que se ponen al volante
después de haber consumido alguna droga es especialmente preocupante en España.
de hecho, España es uno de los primeros consumidores de cocaína y de cannabis
del mundo con el 4 por ciento y 10 por ciento respectivamente de prevalencia de
consumo entre la población en general.
Según los datos que baraja la DGT, obtenidos mediante
controles aleatorios, el 19,4 por ciento de los conductores circulaban tras
haber consumido alguna droga. Además, en los últimos años ha crecido el número
de víctimas mortales en accidentes que han dado positivo a alguna sustancia
psicoactiva cuando se les ha realizado una prueba forense.
Así, casi la mitad (un 45 por ciento) de los conductores
que murieron en un accidente de tráfico en la carretera el año pasado habían
consumido alcohol, drogas o psicofármacos, según estimaciones incluidas en la
última Memoria del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses
(INTCF), basado en una muestra de 969 víctimas mortales (algo menos de la mitad
de los fallecidos en accidentes si se tienen en cuenta los muertos 30 días
después del siniestro y en vías urbanas).
De los casos que dieron positivo, el 77,78 por ciento
había ingerido alcohol, el 37,54 por ciento se le detectó algún tipo de droga y
un 21,20 por ciento había consumido psicofármacos. La sustancia más común fue
la cocaína (implicado en el 54,72 por ciento de los casos), seguida del
cannabis (en el 47,17 por ciento) y anfetaminas y drogas relacionadas (9,43%).
En comparación con años anteriores, ha aumentado tanto el consumo de
psicofármacos, como el de drogas y el de alcohol en los conductores.
QUÉ OCURRE SI TE PARAN EN UN CONTROL.
A partir de hoy, los agentes de la autoridad
podrán, por tanto, parar a los conductores de manera generalizada para realizar
este tipo de controles de drogas. En ese caso, los conductores serán sometidos
primero a una prueba de alcoholemia y, en el supuesto de que den negativo, se
les practicará un test indiciario de recogida de saliva para valorar si han
consumido drogas.
En el caso de que este primer test de drogas dé negativo,
el conductor podrá continuar su viaje, pero si da positivo, no podrá seguir
conduciendo y tendrá que someterse a otro test que será enviado a un
laboratorio, donde finalmente se certificará el positivo y del que saldrá la
sanción administrativa. Conducir drogado está tipificado como infracción muy
grave y castigado con una multa de 500 euros y la retirada de 6 puntos del
permiso de conducir.
PODRÁN IR POR LA VÍA PENAL.
Adicionalmente, si los agentes que realizan la prueba
determinan que el conductor presenta una "sintomatología evidente" de
conducir drogado, podrá ser sancionado por la vía Código Penal. Para ello, los agentes
--ya sean de la Guardia Civil de Tráfico, Policía Local, etc-- valorarán el
estado en que se encuentra el conductor de acuerdo a un protocolo de diez
variables.
Es decir, a diferencia de lo que ocurre con las pruebas
de alcoholemia, que al superar un determinado tasa de alcoholemia (0,60 mgr/l
aire espirado) el conductor va directamente por la vía penal, en este caso
serán los agentes los que determinarán si el conductor debe recibir una sanción
administrativa o ser llevado ante un juez.
El Código Penal, en su artículo 379.2, establece para el
delito de conducir drogado penas de prisión de tres a seis meses o multa de
seis a doce meses o bien la de trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90
días y en cualquier caso con la privación del derecho a conducir vehículos a
motor y ciclomotores por tiempo superior a un año y hasta cuatro años.
Como ocurre ahora con el alcohol, los conductores no
podrán negarse a someterse a la prueba, aunque podrán pedir, una vez que se les
haya realizado la prueba de la saliva en la carretera y hayan dado positivo,
una segunda prueba, mediante extracción de sangre en un hospital, para
contrastar la prueba de saliva.