Las referencias cambian, se rompen moldes y el buen trabajo da sus frutos. Esa es la trayectoria del Hyundai i30, un compacto del segmento C que tiene todo para triunfar, por diseño, tecnología y tacto.
Un frontal más largo y afilado, rasgos más agresivos, una gama de tres carrocerías diferentes a cual más llamativa y equilibrada, un motor híbrido de referencia y por si fuera poco genética de competición. En Hyundai hace ya mucho tiempo que salieron del rebufo de las marcas más prestigiosas del segmento para ponerse a competir con cualquiera, y cada vez lo hacen mejor. Buena prueba de ello es este renovado i30 que cambia de aspecto con un diseño más deportivo tanto en su parte delantera como en la trasera, en la que destaca tanto el discreto alerón sobre la venta posterior como el simulado difusor trasero, más evidente en el acabado N que afecta a todas las carrocerías y que aporta una gran deportividad y atractivo al conjunto del coche. Son muchos los rasgos que hacen diferente a este Hyundai i30 respecto a su antecesor, algunas tan solo son matices bien estudiados y otras grandes ganancias como por ejemplo en la capacidad de carga, en la que según carrocerías está entre los mejores de su segmento.