Castrol prueba sus productos con una ayuda realmente
importante, la de su robot probador Flossie.
Las pruebas que realiza Castrol en
sus laboratorios exigen una rigurosidad y precisión que solamente un robot
puede realizar. Flossie aporta muchas ventajas que un probador de carne y hueso
no puede, como son soportar pruebas de resistencia, muchas horas en la cámara
donde hay un fuerte ruido y pruebas extremas de temperatura.
El robot también
es capaz de repetir una misma prueba las veces que sea necesario con precisión
milimétrica y con distintos vehículos, además con uno u otro tipo de lubricante
con la exactitud que eso representa.