- Sumauto pide al Gobierno una exención fiscal para no
desincentivar la compra y reactivar con fuerza el mercado automovilístico
- La factura fiscal se encarecerá en unos 240 euros para los
compradores de vehículos “ECO” y en unos 192 euros para los “C”
Los compradores de turismos
con etiqueta “cero” que tengan un sueldo medio de unos 20.000 euros anuales y
reciban las ayudas que se aprobarán hoy dentro del Plan Renove pagarán unos
1.031 euros en su próxima declaración de la renta, según estimaciones de los
Técnicos de Hacienda (GESTHA) para Sumauto, que agrupa a los portales
verticales especializados Unoauto, Autocasión y AutoScout24, entre otros.
El Plan Renove de incentivo a
la renovación del parque, dotado con 250 millones, busca sustituir los
vehículos más antiguos y contaminantes por otros más limpios y seguros, como
los de etiqueta “ECO” y “C”. Así, en el primero de los casos, en el que los
compradores pueden recibir hasta 1.000 euros en ayudas, la factura fiscal se
encarecería en unos 240 euros para quienes reciben un sueldo medio. Por su
parte, los compradores de vehículos con etiqueta “C”, que pueden recibir hasta
800 euros, tendrán que pagar unos 192 euros más en el IRPF, también en el caso
de tratarse de asalariados medios
No obstante, Sumauto confía en
que estas nuevas ayudas generen un ‘efecto llamada’ en los compradores y
movilicen aproximadamente un 20% de demanda añadida, es decir, familias y
particulares que no pensaban cambiar de coche pero que gracias a estos fondos
ahora sí lo harán. Esto permitirá reducir la caída prevista de las
matriculaciones del 45% al 25%, según Faconauto, y aliviar la acumulación de
stock y presión financiera que sufren los concesionarios.
Ahora bien, para que el plan
de ayudas surta efecto es importante que lo que se incentiva por un lado no se
desincentive por otro o, lo que es lo mismo, equilibrar la balanza del
presupuesto familiar con la balanza fiscal. Para ello, desde Sumauto piden al
Gobierno una exención de estas ayudas que ya por sí mismas permitirán recaudar
1.000 millones en impuestos adicionales asociados al automóvil.
A declarar, sí o sí
Sumauto explica que estos
incentivos constituyen una ganancia patrimonial que debe incluirse en la base
imponible general del IRPF en función de los ingresos y de la situación
personal y familiar de cada
contribuyente, mientras que los descuentos realizados directamente por
el fabricante, concesionario o punto de venta del vehículo en cuestión no
tributan por este impuesto.
Y advierte de que los
compradores que no las declaren se exponen a tener que presentar una
declaración complementaria, que en caso de no realizarla llevaría a la
Administración a liquidar el importe correspondiente con intereses de demora e
imponer una sanción por una infracción tributaria del 26,25% de la cuota dejada
de ingresar. Una sanción que podría duplicarse en el caso de compradores con
rentas más altas, debido a la progresividad que caracteriza a este impuesto.
Según Nicolás Cantaert,
director general de Sumauto, “las ayudas para la compra de los vehículos menos
contaminantes deberían estar exentas de tributar a Hacienda para así no
desincentivar la demanda, ya que el aliciente psicológico que suponen se diluye
al tener que tributar por ellas, máxime ahora que los hogares tienden al ahorro
por la desconfianza en la economía, y los concesionarios necesitan aligerar su
stock y costes financieros”.