El medio alemán kfz-betrieb
publica una información sobre un problema en las motorizaciones diésel de Volvo
que en el peor de los casos puede acabar en incendio.
El problema se encontraría en
el colector de admisión, el cual se encuentra fabricado en un material
plástico, que con el calor producido durante el funcionamiento, se calentaría
en exceso pudiendo deformarse. Los síntomas de este problema son el encendido del
testigo de fallo motor, reducción de las prestaciones y en el peor de lo casos
puede acabar en un incendio de la motorización. La lista de modelos afectados
incluye prácticamente toda su gama diésel entre los años 2013-2018, excepto el
XC40.