Para un rutero, lo importante
es el camino, no el destino. Recorrer el mundo sobre dos ruedas, a través de
carreteras o caminos cross country, disfrutando de cada curva, de cada
kilómetro de paisaje, de cada puesta de sol, es un placer adictivo para todos
los moteros amantes de las rutas y la aventura.
Pero, por muy planificada o
tranquila que sea la ruta, siempre existen pequeños inconvenientes que pueden
detener o arruinar nuestro viaje. Un pinchazo inesperado en medio de la
montaña, una nube de mosquitos que se cruza en nuestro camino y se incrusta en
la pantalla del casco afectando a la visibilidad, una avería en la cadena en
una zona inhabitada donde solo dependemos de nosotros mismos…