VIEJAS COSTUMBRES
Fría mañana otoñal. Un tenue sol se asoma con timidez entre
los multicolores bloques de pisos. Envueltos en los chaquetones, caminamos sin
prisas… las manos buscan el calor de los
bolsillos. Una pelusilla blanca adorna las mustias hierbas, los coches se
cubren con una capa de rocío, las hojas de los árboles, con su apagado color
marrón, alfombran la solería de la amplia acera. El pequeño cuerpo de un bebé, que
lleva la cabeza cubierta con un gorro de lana azul, se acurruca en los brazos
de una joven mujer. Un hombre de elevada estatura expele una bocanada de vaho y
se ajusta su cazadora de cuero. Entramos en el garaje por la pequeña puerta de
los peatones. Sentados en nuestros asientos, nos ajustamos los cinturones de
seguridad. Giro de la llave y el motor se pone en marcha con un ruido suave…
Maniobra y salida por la rampa que nos lleva, después del semáforo, la rotonda
y la ronda Supernorte, a la autovía A-49, camino de Chucena en la provincia de
Huelva.