Entre fiestas, sol y playa y
desplazamientos vacacionales, la DGT no ha parado un verano más. Campañas
promocionales, drones, helicópteros, controles y la Agrupación de Tráfico de la
Guardia Civil a pie de carretera. Objetivo: reducir el número de accidentes, y
por lo tanto el número de víctimas en la carretera. Mucho me temo que las
cuentas no salen. 
Grecia, un
rincón en el mundo donde la fuente del saber emanó un chorro de conocimiento que
ha desarrollado al ser humano a través de la historia.
Poner nuestras emociones al
servicio de nuestra inteligencia, y no nuestra inteligencia al servicio de
nuestras emociones. Esa es la idea en la que se fundamenta la capacidad de
reconocer y gestionar las emociones, eso que llamamos inteligencia emocional.
ÉL solo quiere escuchar sus
canciones preferidas. Alucina con las luces del interior del coche y con sus
sillas que son diferentes a las de los demás.
Todo tiene un límite. Las reivindicaciones
que vienen realizando los taxistas españoles por la competencia desleal -según
ellos-, que les están haciendo las empresas VTC se están saliendo de madre. Una
cosa es movilizarse, realizar un plan activo de medidas tendentes a que la
administración se siente con ellos en una mesa para DIALOGAR sobre las posibles
soluciones al sector. Y otra, tomarse la justicia por su mano y utilizar la
violencia como único argumento para solucionar el conflicto.
El verano juega a nuestro
favor por diversos motivos: más horas de luz, por lo que aumentan las
vivencias, compartimos fiestas, un plato gastronómico que nos enloquece, o un
buen vino, o un refresquito que nos atempere el cuerpo, y acompañe nuestros
ratos de ocio. Nos gusta hablar más, contar historias, pasear
entre los recuerdos y desempolvar el baúl de nuestras experiencias, esos momentos
que un día vivimos, pero no quisimos airear por si acaso nos tomaban por
lunáticos.
Inexplicablemente suena el
teléfono. Suena un tono al que estamos acostumbrados, como el sonido del
despertador, el claxon de nuestro coche o el timbre de nuestra puerta. Creemos
que puede ser un familiar, que desea preocuparse de cómo nos encontramos o
sencillamente nos llama para que nos veamos, también es posible que nos llame
un amigo para saber cómo nos van las cosas, o también se han convertido en
moneda de uso común, las llamadas para vendernos un nuevo producto telefónico o
proponernos la última promoción que no podemos dejar escapar.
El verano es la estación de la
luz, es el periodo de tiempo donde se escriben las mejores historias para la
literatura. El verano es el periodo del año donde unos y otros guardamos los
mejores momentos en el mejor rincón de nuestros recuerdos. 
Otro de los casos flagrantes
de irresponsabilidad, o desconocimiento supino, es la utilización ─mejor dicho─
no utilización de los intermitentes en un vehículo. Es un signo más de
desprecio o desconsideración a los demás conductores de la vía. Se producen
muchos accidentes en nuestro país debido a estas circunstancias. Estamos
acostumbrados cada día en comprobar como muchos conductores tienen los
intermitentes en sus vehículos como meros instrumentos decorativos. Todo
conductor está obligado a utilizarlos, pero lo que más me enerva es como los
conductores profesionales ─algunos─ desde camioneros, ambulancias (no de
urgencias), coches de Policía, taxistas, etc., no dan ejemplo ante un acto, que
debe de ser reflejo para indicar que vamos a cambiar de dirección.
Todo lo que está mal se puede
cambiar con el tiempo y con EDUCACIÓN, nunca con represiones. Por lo menos, eso
debería de planificarse a largo plazo, para poder enderezar el camino mal
andado.
El anuncio lo hizo la
consejera de Salud de la Generalidad.
Me preguntaba un amigo
recientemente, “¿has puesto alguna vez el coche a 200 km/hora?” A lo que le
respondí: “tengo un controlador de velocidad puesto a 130, y en el momento que
llega a esa velocidad el sistema emite un sonido que te avisa”. Él me habló de
la sensación que se tiene cuando se conduce un coche de alta gama a alta velocidad,
“la verdad, Pepe, no se nota que vas a esa velocidad”. A lo que le respondí:
primero, no hay ninguna carretera en este país que te permita ir a esa
velocidad, segundo, es un delito, y tercero que si le gusta tanto la velocidad
que alquile un circuito, el de Jerez,
Alcalá del Río o la Palma del Condado, donde seguro puede desatar todas sus
pasiones con la velocidad. Así es, mi amigo es uno de tantos, que se creen, uno de "Los reyes de la carretera".
Imagínense que se despiertan
una mañana, y en lugar de coches, la sociedad utilizara para desplazarse otros
tipos de artefactos que hicieran menos contaminantes, más rápidos y más baratos
su utilización. ¿Podría vivir esta sociedad en un mundo sin coches? ¿Cómo
afectaría la desaparición de los coches a nuestra vida diaria? y sería posible
la relocalización de todo lo que mueve los coches hoy día en nuestra sociedad,
empresas de todo tipo, concesionarios, seguros, recambios, diseños,
especialistas, etc. Estoy seguro que el mundo cambiaría con la desaparición del
coche. ¿Estamos preparados para ello? ¿Creen que el coche es un producto en
extinción?
El paisaje que se asomará a
nuestra vida los próximos meses, se teñirá de luz de cal, de blancas paredes de
pueblos encalados, de brisa marina con olor a salitre y montañas que dibujarán
sus picos entre las nubes.
Muchas veces, los conductores
de cualquier vehículo, sobre todo, los que hemos tenido que superar una prueba
teórica sobre normas de circulación creemos que lo sabemos todo, y
evidentemente no es así, deberíamos bajar un poco los humos y ser más humildes
y, además, procurar frecuentemente darnos una vuelta por las páginas de la DGT y ponernos al día sobre los distintos test que nos proponen para mantenernos al
día de todo lo relacionado con la SEGURIDAD VIAL.
Me temo que hoy empieza una de
las Ferias más importantes del mundo. Aquella Feria que un vasco y un catalán
se idearan para el mercadeo de ganado, y ha desembocado en lo que hoy es la
Feria de Sevilla. 
No
podemos poner ninguna excusa sin tomamos decisiones equivocadas, por eso, antes
de nada, tenemos que actuar con responsabilidad, pensando las cosas con
tranquilidad. Ya que de este tipo de decisiones depende nuestra vida y la de
las personas que queremos y que nos rodean.
Después de unos
días de ocio, algunos vendrán más cansados, otros con las pilas puestas y,
seguramente, otros aprovechando al máximo las últimas saetas, presenciar
las últimas imágenes que procesionan en los últimos días de la Semana Santa.
Entre el coche, el avión o el tren, el olor a incienso ha quedado impregnado en
nuestras ropas y las imágenes de estos días se han clavado en nuestras retinas
otro año más.