LA LLAMADA INESPERADA
Inexplicablemente suena el
teléfono. Suena un tono al que estamos acostumbrados, como el sonido del
despertador, el claxon de nuestro coche o el timbre de nuestra puerta. Creemos
que puede ser un familiar, que desea preocuparse de cómo nos encontramos o
sencillamente nos llama para que nos veamos, también es posible que nos llame
un amigo para saber cómo nos van las cosas, o también se han convertido en
moneda de uso común, las llamadas para vendernos un nuevo producto telefónico o
proponernos la última promoción que no podemos dejar escapar.
Lo que nunca podemos
presuponer es que de todas esas llamadas que recibimos frecuentemente cada día,
una de ellas sería para darnos una mala noticia y dejarnos petrificados.