Ventajas de la reducción de velocidad de 50 a 30 km/h
Sólo en el año 2013 se registraron 224 peatones muertos
en las vías urbanas, 1.775 heridos graves y 9.400 heridos leves. Al igual que
las cifras de siniestralidad en peatones, el número de ciclistas fallecidos en
zonas urbanas también resulta alarmante: 24 ciclistas muertos, 347 heridos
graves y 3.408 heridos leves en 2013, cifras además con tendencia ascendente
desde los últimos años (DGT, 2013a). Detrás de gran parte de los accidentes que
provocaron estas víctimas se encuentra el factor velocidad.
Según “Power Model” reducir la velocidad media un 5%
reduciría las cifras de accidentes con heridos un 10% y los accidentes mortales
un 20%. Por el contrario, un incremento de velocidad de la misma magnitud
aumentaría los accidentes con heridos un 10% y los mortales un 20% (Nilsson,
2004).
En países como Holanda se vienen creando estas áreas
desde 1983. Por ejemplo, en Suiza se redujo el límite a 30 km/h en 31
zonas residenciales.
Los casos de Suiza, Dinamarca y Holanda se encuentran en
la línea de los resultados hallados por Elvik (2001) (en SWOV, 2010) quien
concluye que la media de accidentes con heridos desciende un 25% cuando un área
residencial de límite 50 km/h es transformada en “zona 30”.
Además del descenso en la accidentalidad, en el número de
víctimas y en la velocidad media de la zona, la creación de “zonas 30” puede
tener multitud de efectos positivos. Las “zonas 30” mejoran nuestra calidad de
vida en la medida en que reducen los niveles de ruido, hacen más fácil el
cruzar la calle, reducen las emisiones contaminantes, elevan la calidad del
aire, contribuyen a un uso más eficiente de la energía, una circulación más
suave de los vehículos y a una mejora de la habitabilidad y sostenibilidad de
las ciudades.
Según la Organización Mundial de la Salud
(2011), en un atropello a 50 km/h el riesgo de muerte es ocho veces más
alto que si se produjera a 30km/h. En un atropello a 64km/h, el 85% de los
peatones mueren; a 48Km/h fallecen el 45%; mientras que si la velocidad
es de 32 km/h sólo fallecen el 5% (ETSC 1995)
Y si todo lo que acabo de exponerles es
positivo, y está demostrado, “porque demonios no se pone en marcha ¡ya!”
Creo que cuando los datos son tan evidentes
“no hay tu tía”, la Dirección General de Tráfico, dependiente del Ministerio
del Interior debería de instituir esta norma en el reglamento de circulación a
la voz de ya, claro, teniendo en cuenta que hay ciudades y ciudades, y me temo,
que habrá una serie de vías donde se podrá imponer está reducción de velocidad
y otras que no. En definitiva SENTIDO COMÚN. Si se trata de salvar vida
adelante, pero, si volvemos a solo y llanamente a recaudar, la verdad no me
seduce tanto. Ante de imponer hay que educar.
Ahí lo dejo.
P.Bejarano
Fuente: INSTITUTO UNIVERSITARIO DE INVESTIGACIÓN DE TRÁFICO Y SEGURIDAD VIAL UNIVERSIDAD DE VALENCIA